martes, 9 de febrero de 2010

El diablo en Bridget Jones

"Caso 39 - Expediente 39" ("Case 39")
de Christian Alvart
con Renée Zellweger, Bradley Cooper, Ian Mc. Shane y Jodelle Ferland



Emily Jenkins (Zellweger) es una asistente social a la que le adjudican el caso de Lillith, una niña con problemas de todo tipo en la escuela y en la primer entrevista con sus padres, se plantean serios problemas de vínculos familiares.

En un episodio extremadamente violento, Emily logra salvar a la ñiña de que sus padres la quemen viva en el horno de la casa. Finalmente, y a pedido de la niña, decide llevársela a vivir con ella. Pero pronto empezará a surgir la verdadera personalidad de Lillith. A esta altura, Emily ya está en graves problemas...

Con un muy buen planteo inicial -aunque no es nada original, por cierto-, "Expediente 39" logra, de todos modos, sostener el enigma que rodea al extraño comportamiento de Lillith.
Logra sus mejores momentos de tensión cuando varios allegados a ellas empiezan a tener accidentes fatales (otro niño que es un caso con el que Emily trabaja; su novio y psicólogo de los chicos -papel a cargo del multi-visto por estos momentos Bradley Cooper de "Simplemente no te quiere" "Qué pasó ayer?" "New York, I love you" "Día de los enamorados") y comienza a aparecer una veta de terror sobrenatural suficientemente inquietante.

Para este momento uno ya pasó por alto que la heroína de la película es nada menos que Renée Zellweger, incompresiblemente elegida para esta película, y dándole una nueva oportunidad, su actuación logra, llegado este punto, transmitir la desesperación y el miedo del personaje, aunque uno siente todo el tiempo que no alcanza.
Toda la excelencia que pone en juego el director Christian Alvart en conducir algunas escenas que logran su impacto (como la esceña del baño de Bradley Cooper o cuando el Detective que encarna Ian Mc. Shane es perseguido por un perro furioso) se pierde con otros "sobresaltos" previsibles y ya vistos. Es lamentable que el giro final sea totalmente desacertado e increible, quedando completamente fuera del suspenso creciente y negro que el guión venía trabajando.

 Un buen golpe de tuerca sobre el final hubiese hecho la diferencia, pero...

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