martes, 3 de febrero de 2015

El reportero del crimen

"PRIMICIA MORTAL" - NIGHTCRAWLER
de Dan Gilroy
con Jake Gyllenhall, Rene Russo, Bill Paxton Riz Ahmed


Es prácticamente increible, cuando terminamos de ver "PRIMICIA MORTAL / NIGHTCRAWLER" que estemos frente a una opera prima.
La mano con la que Dan Gilroy nos conduce durante todo el film, es la mano de un director que sabe lo que quiere narrar, que no pierde ningún detalle ni deja nada librado al azar y que sabe sostener una trama que se va enriqueciendo sobre sí misma hasta llegar a un final inteligente, ingenioso y tan siniestro como el tinte de oscuridad de los personajes que se van moviendo dentro ese Los Angeles nocturno y tenebroso.
Además, Gilroy por esta primer película ha conseguido consagrarse en la Asociación de Críticos de Boston, Austin, San Diego y Phoenix, en el Festival de Palm Spring y finalmente una nominación al Oscar dentro de la categoría de MEJOR GUION ORIGINAL, que obviamente es merecidísima porque ha encontrado la forma en dentro de una narración de thriller y casi de película de género se pudiese amalgamar una trama mucho más profunda, una ácida mirada sobre los medios de comunicación y en particular sobre el mundo de las noticias y poner a girar dentro de ella a seres dispuestos a sobrepasar los límites y plasmarlo sin ningún tipo de obviedades a las que el género nos puede tener acostumbrados.


En inglés una de las acepciones de "crawler" es un programa automático que analiza páginas web en busca de recolectar determinado tipo de información obviamente invadiendo la privacidad ajena y en un término figurativo puede llamarse a una persona demasiado obsequiosa, a un adulador, un "arrastrado".
"Nightcrawler", tal el titulo original de "PRIMICIA MORTAL" -a quien se le ocurrió semejante traducción que confunde aún más con los thrillers adocenados y vistos hasta el hartazgo?- vendría a combinar en la figura de su personaje central estas dos acepciones enmarcadas en el mundo de la noche.

Este personaje central es Lou Bloom (espectacular tour de force de Jake Gyllenhall, casi irreconocible respecto de otros de sus papeles), alguien que ya desde la primer escena va siendo descripto mediante pequeños detalles como alguien con aprietos económicos, inescrupuloso, violento... dispuesto a todo. 
Casi de casualidad, frente a accidente automovilístico se da cuenta que vinculados con la policía están todos los "noteros" que acuden lo más rápidamente posible a este y otros  incidentes para grabar la noticia fresca y ofrecerla rápidamente a los medios televisivos.

Es en ese momento cuando se le ocurre que una forma de poder ganarse la vida sería como camarógrafo freelance, y se empecinará en llegar antes que nadie a los hechos policiales y por sobre todas las cosas grabar sin ningún tipo de prejuicio e impregnándolo del tinte más amarillista posible para que sea bien rentable en las cadenas de noticias.

Con el marco de la noche de Los Angeles como escenario principal, el hilo conductor es el ascenso de Lou Bloom dentro de los medios (lo que puede traernos algunas reminiscencias de "Todo por un sueño" aquella película de Gus Van Sant con Nicole Kidman y Matt Dillon como protagonistas) y poco a poco nos vamos adentrando en la psicología de un personaje complejo y amoral que evidentemente está dispuesto a sobrepasar cualquier límite en pos de cumplir con su objetivo.
Pero no conviene adelantar mucho más de la trama como para que cada uno como espectador pueda sorprenderse en el desarrollo de la acción.

El guión está construido de forma tal que cuando uno cree en las primeras escenas que está viendo un simple thriller y cuando se deja envolver por el ritmo vertiginoso de la narración, Lou Bloom nos ha engañado: estamos frente a un mecanismo de relojería que irá avanzando en un crescendo constante y abandona ese género para dar mucho más que la mera fórmula de película de acción y suspenso.

Si bien la dirección y el guión de Gilroy son absolutamente sólidos y necesarios como estructura vital de "PRIMICIA MORTAL" el resultado no sería el mismo sin la entrega de Jake Gyllenhaal para este Lou Bloom de antología.
Mucho más cerca de sus trabajos más profundos y recientes como "El hombre duplicado" o "Prisioneros", Gyllenhall abandona por completo el registro simpático de "El amor y otras drogas" "The Good Girl" o el prototipo del héroe en "8 minutos antes de morir" o "El príncipe de Persia" y entrega una composición completamente diferente, elaborada al detalle y con un grado de introspección admirable.
Ya desde los movimientos físicos, la postura, la mirada, su personaje inspira negrura, es perturbador, "mete miedo". 
Algo muy difícil de lograr con sólo un pequeño conjunto de gestos: su cara angulosa, la mirada por momentos extraviada o por momentos clavada frente al otro, los movimientos de sus manos, la sonrisa que por momentos se presenta más como una mueca, todo sirve para que Gyllenhall construya un personaje que claramente quedará como un punto de inflexión muy importante en su carrera.
Es una pena que en esta temporada de premios, Gyllenhall no haya tenido la oportunidad de estar nominado al Oscar (justamente de todos modos es un año donde el rubro masculino ha entregado enormes interpretaciones) porque realmente hace un trabajo que se distingue por sobre todo lo conocido anteriormente.

Como plus, es un placer volver a ver a Rene Russo después de "Los tuyos, los mios y los nuestros" del 2005, desplegando su sensualidad -intacta, una mujer con una gran fuerza en pantalla- en el rol de Nina, quien será la encargada de negociarle a Lou la compra de lo que ha filmado en la calle.
La química en pantalla de Russo-Gyllenhall también suma para que "PRIMICIA MORTAL" sea esa rara avis dentro del cine de género. Son personajes opuestos / complementarios y con una atracción casi enfermiza. Se potencian, respiran la misma amoralidad y esa falta de códigos que los retroalimenta.

Con todos estos elementos sobre la mesa y con un elenco secundario que sabe acompañar (donde también se destaca Riz Ahmed como el ayudante de Lou), NIGHTCRAWLER gana cuando no solamente entrega el ritmo de thriller sino que además se mete con los medios, el amarillismo y el "morbo", la primicia a cualquier precio y la falta de ética en un mundo que parece vanagloriarse justamente de eso.
No solamente profundiza en estos tópicos, sino que no se olvida jamás de que fue construida como un sólido entretenimiento y las dos horas de duración se pasan volando.
Un trabajo notable de Gyllenhall y un guión compacto e inteligente hacen que "PRIMICIA MORTAL" sea una de las imperdibles del año.

domingo, 28 de diciembre de 2014

Paris, Tandoori, Masala

"Un viaje de diez metros"
de Lasse Hallström
Con Helen Mirren, Om Puri, Manish Dayal, Charlotte Le Bon y la participación de Michel Blanc




En más de una ocasión el cine remite a los placeres culinarios. Nadie podrá olvidar la romántica cena a la luz de las velas, con canzonetta italiana mediante, donde dos enamorados comparten albóndigas y spaghettis en “La dama y el Vagabundo”, o de los humeantes fideos en marmitas que la protagonista de “Con ánimo de Amar” (“In the mood for love” de Wong Kar-Wai) prepara antes de visitar a su amante.
Sin dudas, una película emblemática es “La fiesta de Babette” el film dinamarqués ganador del Oscar o la mexicana “Como agua para chocolate” del mexicano Alfonso Arau que traslada a la pantalla una hermosa novela de Laura Esquivel.
Oriente nos regala “El aroma de la papaya verde” donde se mezclan platos, recetas y sabores diferentes, con el exótico marco de Vietnam y Saigón y “Comer, beber, Amar” donde nos cuenta la historia de un viejo chef de Taipei, viudo y con tres hijas, completamente diferentes entre sí. Y desde Alemania llegan, “El sabor del Eden” siguiendo la historia de Edén, una mujer casada y con una hija discapacitada que cae rendida frente a los escritos de cocina erótica de un excéntrico chef que la ayudará a hacer florecer el erotismo en su matrimonio y  “Bella Martha”, la historia de una jefa de cocina de un restaurant francés, apasionada por su trabajo,  que verá cambiar totalmente su vida cuando tenga que hacerse cargo de su pequeña sobrina y sobre todo, cuando aparezca un cocinero italiano que trate de ganar su corazón.
¿Para qué tantos títulos? Porque al que le guste esta amalgama de cine y cocina, tiene en cualquiera de ellos exponentes interesantes de explorar cada uno en su género (desde la comedia al drama costumbrista) que superan quizás al estreno de esta semana.
"Un viaje de diez metros" vuelve a remitir a ese mundo entre ollas, perfumes, sabores, sartenes y delantales y está dirigida por Lasse Hallström quien es el mismo director de "Chocolate" otro famoso film donde interviene la cocina y en el que Juliette Binoche aparecía con su hija en un pequeño pueblito francés alterando la temperatura de todo el vecindario cuando produce sus chocolates siguiendo una antigua receta maya.
En el mismo sentido y con la una receta con demasiados puntos de contacto con la anterior (aldea deliciosa, personajes adorables, fotografía impecable) Hallström se encarga de llevar a la pantalla el best-seller de Richard C. Morais y ya desde los primeros minutos uno sabe perfectamente cuál es el camino por el que nos va a conducir: un camino conocido, sin demasiadas sorpresas -ni las pretendemos tampoco en un producto de este estilo-, pero que es sumamente agradable de recorrer. Sobre todo porque tiene la mixtura perfecta de un paisaje soñado, una familia hindú simpática y entrañable como protagonista, los aromas de la cocina de autor y la búsqueda de la excelencia en cada plata ... y como si todo esto fuese poco, se complementa con toques de comedia romántica que es la cereza de la torta.
Con un marco de París que hasta por momentos nos hace recordar a  “Ratatouille” de Pixar con esa torre Eiffel iluminada como ícono de la Ciudad Luz, "Un viaje de diez metros" no pretende preocuparse más allá de mostrar esta especie de fábula, un cuento sobre la realización personal y el desarrollo de un talento, un don, un sueño. Esta línea argumental servirá, por momentos, para pintar con algunas pinceladas -con un trazo un poco grueso en algunos casos- una historia sobre mandatos familiares (acentuadamente paternos en este caso); polos opuestos que se atraen (esta familia hindú abre su restaurant justo frente al que regentea Helen Mirren que quiere obtener a toda costa su segunda estrella Michelin y que es donde se reúne la crème de la crème de la región) y sobre seguir y escuchar los impulsos del corazón.

Teniendo en cuenta que el primer film que se conoció de Hallström en nuestro país fue el nominado al Oscar "El año del arco iris / Mi vida como perro" al que luego se sumaron "A quién ama Gilbert Grape?" y "Las reglas de la vida" con Michael Caine, Charlize Theron y Tobey Maguire, claramente "Un viaje de diez metros" entra en el pelotón de sus últimas realizaciones como "Querido John", "Un amor imposible" con Emily Blunt e Ewan Mc Gregor o "Siempre a tu lado" con Richard Gere más simpatizando con la factoría hollywoodense que con el cine de autor.
Lejos, muy lejos de sus películas iniciales, Hallström se acomoda en la receta presideñada para construir un "crowd pleaser", esas películas que le gustan a todo el mundo y van tan pero tan bien con la hora del té.
Cuenta, en este caso, con un elenco sólido, sobre todo en los secundarios tan pintorescos pero cada vez que aparece Helen Mirren, inunda la pantalla de su glamour, su charme de actriz de clase, construyendo un papel que le calza como un guante, bien a su medida y se nota que lo disfruta al máximo y con el respaldo de la producción de Steven Spielberg y Oprah Winfrey.
Aún con la previsibilidad del guión y una duración un tanto abusiva para un "cuento de hadas" moderno -dura un poquito más de dos horas- "Un viaje de diez metros" combina a la perfección la buena comida -las esencias y especias hindúes y la hâute cuisine francesa- un escenario delicioso y soñado y el marco de París que la engalana y nos hace querer estar ahí aunque sea por el ratito que dura la película. 


De esas para ver con una sonrisa y pasar un momento agradable. No pidamos mucho más que eso...

sábado, 23 de agosto de 2014

Cuatro estrofas

"A Late Quartet" / "El último concierto"
de Yaron Zilberman
con Philip Seymour Hoffman, Christopher Walken, Catherine Keener, Mark Ivanir e Imogen Potts

Uno ha visto cine. Mucho cine y desde hace mucho tiempo.
Pero justamente ahí está la seducción y el desafío ante el inicio de cada nueva película.
Muchas veces uno sabe que va a poder disfrutar de una película ya sea por el fanatismo por su director,  o por su guionista o porque lo seduce el elenco. Pero así todo jamás está asegurado que el film cumpla con las expectativas que uno le había puesto.
Por el contrario, algunas veces, no muchas veces, aparece una película pequeña, sin ruido y sin ningún aparataje comercial detrás que deja un sabor extremadamente delicioso. El de haber visto una pequeña obra de arte.

Asi me paso con la francesa "Amigos Intocables", la mejicana "Cinco dias con Nora" o la sueca "Estocolmo Este" sólo para mencionar algunos ejemplos relativamente recientes y que me vienen a la cabeza.
Tal es el caso también de "A Late Quartet" una película pequeña, de cámara, casi una obra teatral por los pocos personajes, el formato de los diálogos y los vínculos profundos que se entretejen entre ellos.

Un cuarteto de cuerdas, cuyos músicos se conocen hace ya 25 años se ve profundamente desestabilizado cuando uno de ellos da la noticia de que una enfermedad, con un resultado inicierto. Y es altamente probable que una vez que inicie el tratamiento, ésto lo haga retirarse definitivamente del mundo de la música.

Este es sólo el pequeño puntapié inicial, que irá produciendo un tremendo efecto dominó en cada uno de los miembros restantes, no sólo en lo que compete a su tarea dentro del grupo musical sino más aún en sus  terrenos personales.

Quien anuncia la enfermedad es Peter (Christopher Walken) lidiando con el fantasma de una viudez reciente que todavía lo invade.
Robert y Juliette (brillantes Philip Seymour Hoffman -en uno de sus últimos trabajos para la pantalla grande- y Catherine Keener) se han conocido en este mismo cuarteto y llevan varios de matrimonio y una hija en común Alexandra, que decide tomar clases de violín con el cuarto integrante, Daniel (Mark Ivanir), un músico dotado y primer violín del grupo.

Yaron Zilberman debuta en la ficción como director y es también guionista de "A Late Quartet" y realmente sorprende por la sinceridad y la precisión con la que plantea las diversas situaciones de la historia y cómo lograr plasmarlas en los diálogos.
Obviamente que todo lo que sucede  ya ha sido visto de alguna manera en otras oportunidades: duelo de egos dentro del grupo, crisis de pareja, relaciones conflictivas de padres con hijos, amores del pasado, amores actuales, engaños... muchos de estos conflictos empiezan a salir a la luz a partir de ese pequeño gran movimiento que hace uno de los miembros del grupo donde ineludiblemente empiezan a movilizarse todos los demás..
Con esta especie de catarsis grupal, algunos sentimientos escondidos, viejos resentimientos y conflictos actuales van saliendo a la luz, quebrando, fracturando, dividiendo al grupo y perdiendo ese orden y ese equilibrio que habían logrado mantener durante tanto tiempo.

El hilo conductor es el concierto-despedida que están preparando, en donde tocarán la famosa pieza de Beethoven para cuarteto de cuerdas No. 14, opus 131, pieza que justamente a pedido del autor debe tocarse sin pausas, ininterrumpidamente y por lo tanto requiere de un cierto dominio y de una precisión única.
Pareciera que inspirado justamente en esta consigna, Zilberman encadena los distintos conflictos de cada uno de los miembros sin dar pausa, con una intensidad dramática que va creciendo conjuntamente acon el avance del film.

No hay mucho nuevo bajo el sol en los conflictos que pretende desarrollar pero si hay una mirada honesta, diálogos sinceros, simples, sin declamaciones, sin artificios pseudo-intelectuales donde los protagonistas quedan obligados a decir cosas inteligentes. Por el contrario, gana mucho más con los sentimientos expuestos a flor de piel y con una sincronía enviadiable entre los intérpretes.

La pareja que conforman Catherine Keener y Phillip Seymour Hoffman tienen en sus momentos de crisis, los mejores diálogos y las mejores situaciones del film, que les permiten un lucimiento individual que potencian más aún cuando aparecen los dos conjugándose en la pantalla.
Demuestran una vez más que son dos actores enormes y pasan por diferentes estados de ánimo con una ductilidad y una precisión, que mejoran aún más a lo planteado por el  guión.
Christopher Walken dota a Peter de toda la sabiduría del miembro más anciano del grupo y que puede tomar una cierta distancia a todos los conflictos que comienzan a aparecer a partir de su noticia.
Otra sorpresa del film es Mark Ivanir, un rostro desconocido en la cartelera porteña pero que completa el cuarteto estando completamente a la altura de sus compañeros de elenco. Será el maestro  de Alexandra (Imogen Poots de "Noche de miedo" y "Jane Eyre") y sentirá por ella una cierta atraccion, abriéndose otra de las bifurcaciones de la historia con sus consecuencias y derivaciones.


Una pequeña historia narrada con mucha sensibilidad, con un excelente elenco y un guión sutil pero por sobre todas las cosas sencillo y sin pretenciones. De esas pequeñas obras que aparecen cada tanto y nos dejan el gusto de haber saboreado un rato de buen cine.
Super recomendable.

sábado, 6 de abril de 2013

Richard Gere también es corrupto

"Mentiras Mortales"
de Nicholas Jarecki
con Richard Gere, Susan Sarandon, Tim Roth, Nate Parker y Brit Marling



El nuevo thriller protagonizado por Richard Gere, "Arbitrage", llega a las pantallas nacionales con una traducción que no brinda ninguna referencia al mundo de las finanzas y los negocios, el entramado económico y los hilos del poder, en el que se circunscribe la historia. Tal fue el caso de "El Fraude", titulo con el que fue distribuida en Europa.
La elección de "Mentiras Mortales" como título, no es realmente una elección de lo más afortunada porque si bien seguramente fue elegido porque suena mucho más comercial que su título original ("Arbitraje") puede llevar al espectador a confundirse con otros tantos títulos similares e incluso esperar un producto diferente.

En este caso la historia gira casi excluyentemente en la figura de Gere (nominado al Globo de Oro como mejor actor en drama por este trabajo) quien encarna a Robert Miller, que ha llegado a su cumpleaños número 60 rodeado de su sólida estructura familiar y con un pasar profesional sumamente exitoso, tanto que hay todo un imperio financiero que recae en sus espaldas.

Sin embargo, no todo lo que reluce es oro y si bien en la superficie, nuestro protagonista sigue haciendo esfuerzos por sostener una imágen y que se siga respirando un aire de éxito en su entorno y un equilibrado clima familiar, diversos hechos lo irán dejando cada vez más al borde del precipicio.

Al mismo tiempo que intenta efectuar diversas operaciones de venta de acciones de su empresa y que de estar forma no queden al descubierto ciertas modificaciones que existen en los informes y en los Estados Contables de la compañía, obviamente con cifras fraudulentas, alteraciones y comprobantes faltantes; un accidente altera el giro de las cosas y complicará aún más la delicada situación de Miller.
En una escapada con su amante, una francesa dedicada al mercado del arte (Laetitia Casta) sufren un inesperado accidente. Rápidamente tendrá que tomar algunas decisiones que ineludiblemente lo irán concectando con algunos personajes de su pasado y se verá  nuevamente implicado en una trama de mentiras, especulaciones, apariencias que será cada vez más dificil de sostener en el ámbito familiar.

El director, Nicholas Jarecki, plantea en éste, su primer largometraje, un ritmo que no decae en ningún momento, aferrándose al esquema más tradicional del thriller y con una estética clásica, que puede relacionarse con algunos otros trabajos del mismo Gere durante la década de los noventa como "La verdad desnuda" o "Internal Affairs". No solamente el guión, sino inclusive la manera en la que el director elige conducir el relato, responde a los mecanismos más esteriotipados del género, amparándose de esta forma más en el terreno de lo conocido, de lo seguro, que planteando alguna innovación y hacer la diferencia.

Jarecki, a falta de un guión que atraiga por lo novedoso, elige inteligentemente apoyarse en un elenco de primeras figuras absolutamente sin fisuras que refuerzan esta historia esquemática y por momentos, previsible.
A la cabeza del elenco se encuentra  Richard Gere quien demuestra una vez más que tiene un magnetismo en la pantalla que no cualquier actor hollywoodense logra, reinventándose y volcándose al género que le ha dado tantas satisfacciones despues de un par de traspies como "Amelia" y "Misión Secreta", películas que no han llegado a los cines de nuestro país y circularon solamente en DVD.

Su esposa en la ficción es Susan Sarandon, y si bien su rol no es el más destacado del film e incluso en algunos momentos aparece como desdibujado e intrascendente, sobre el final del film gana cuerpo en un par de escenas a las que Sarandon les saca el jugo y que justifican absolutamente su presencia (la discusión que mantiene la pareja en su dormitorio casi llegando al final del film y la mirada de Sarandon en la última escena son dos joyitas del film).
Tim Roth es el detective que intentará atraparlo a Miller y que jugará a la cacería estilo "el gato y el ratón" papel para el que Roth parece tener un talento y una empatía especial, que ya brillara en la serie televisiva "Lie to me".

Otra de las piezas importantes del thriller son los papeles de  Nate Parker (quien sale a salvarle las papas del fuego al magnate) y de Brit Marling,  la hija de Miller (guionista y protagonista de los films "Otra tierra" y "Sound of my voice" aún no conocidos en nuestro país) quien entrega un retratro sólido como la mano derecha que lo acompaña en la empresa y que va descubriendo poco a poco el problema financiero en el que su padre se encuentra envuelto.


Si bien no presenta nada llamativamente novedoso dentro del género, "Mentiras mortales" se mueve dentro de la corrección, el ritmo acertado de la narración y las ajustadas actuaciones para crear un producto ideal para quienes esperan un thriller más centrado en los detalles y en las estrategias, en las pequeñas vueltas de tuerca que va dando la trama,  que en grandes persecuciones, efectos especiales y despliegues de producción más importantes con que suelen impactar algunos otros productos hollywoodenses.
Aquí la tensión y la intriga, por debajo de una superficie de aparente quietud, pasa por ir develando algunas máscaras más imperceptibles. Y el thriller cumple su modesto cometido.

miércoles, 27 de marzo de 2013

El plomero de mi vida

"Mi peor pesadilla"
de Anne Fontaine
con Isabelle Huppert, Benoît Poelvoorde y André Dussollier



Anne Fontaine es una directora de vasta experiencia tanto en la televisión como en el cine francés. La hemos conocido hace unos cuantos años con "Cómo mate a mi padre" un intenso drama con Charles Berling y Natacha Régnier, luego con  "Nathalie X", un particular triángulo erótico-amoroso con Fanny Ardant, Gérard Depardieu y Emmanuelle Béart , incursionó también en el thriller psicológico con la inquietante "Entre ses mains" con Benoît Poelvoorde e Isabelle Carré y pintó el retrato biográfico de "Coco antes de Chanel" de la mano de Audrey Tautou.

En este caso, Fontaine decide abordar el terreno de la comedia y lo hace de la mano de un elenco de primera línea: Isabelle Huppert, el mismo Poelvoorde y André Dussollier, tres absolutos talentos del cine francés actual.

Poelvoorde es Patrick, un hombre que vive con su hijo en la parte de atrás de una furgoneta, un poco
afecto a la bebida, pasó siete años tras las rejas, ahora vive en parte gracias al seguro social y a algún que otro trabajo de albañilería. 
Agathe (Huppert) por su parte vive con su marido (Dussollier) y su hijo en un lujoso departamento frente al Parc du Luxembourg, en el corazón de París. Ama la cultura, trabaja  en una fundación de arte contemporáneo y se codea, entre otros, con el Ministro de Cultura francés.

Sus hijos son compañeros de colegio y por lo tanto, en una reunión de padres entrecruzarán sus caminos y como los hijos son muy buenos amigos, se facilitará la situación para que muy pronto Patrick esté dentro de la casa de los Dambreville haciendo algunos trabajos e inesperadamente trabe amistad tanto con la dueña como con el dueño de casa e incluso pida una piecita de servicio para quedarse a dormir algunos días.

Lamentablemente Anne Fontaine recurre a un guión que ella misma escribe con Nicolas Mercier -quien tiene una vasta carrera en televisión- y quizás atan demasiadas situaciones de "Mi peor pesadilla" a un ritmo que ya ha pasado de moda en el cine hace más de treinta años y que no logra ninguna profundidad.
Los personajes de Patrick y Agatha están pintados desde un primer momento con trazos gruesos, plagados de obviedades y mostrando su oposición en forma tan evidente que pareciera que el espectador no puede aportar nada todo bien subrayado y digerido. 
Si bien logran una excelente química en pantalla porque tanto Poelvoorde como Huppert tienen una extensa carrera, muchísimo oficio y talento de sobra, tienen que lidiar con situaciones un poco infantiles y con un guión que no les ayuda a demostrar todo su talento.

Basada en el arquetipo de que los polos opuestos se atraen, los pasos de comedia que plantea Fontaine están más cerca de cualquier telecomedia costumbrista de Suar (al mejor estilo "El sodero de mi vida" o "Campeones", se acuerdan?) con el hombre ordinario y con pésimos modales, enamorando a la ricachona burguesa que vive en su burbuja.
Fómula ya vista enorme cantidad de veces a la que esta película no logra encontrarle una vuelta de tuerca diferente ni nada nuevo que aportar.

En medio de ellos, cercando el "triángulo" para que se disponga la comedia, está presente un talentosísimo André Dussollier quien se encuentra desaprovechado por completo en un papel que hasta en alguna que otra escena lo deja hasta un poco mal parado y  haciendo el ridículo.

El esquema sobre el que se monta la comedia es básico, con situaciones obvias y solamente ver a estos tres comediantes en pantalla justifica mínimamente el sentido de haberlos reunido. Huppert deja claro que si bien es mundialmente reconocida por sus papeles dramáticos, tal como pasó en "Copacabana" -aún inédita en nuestro país- o en "8 mujeres" demuestra que tiene un gran sentido de la comedia y su aire burgués es inigualable.

Poelvoorde (quien en la otra película de Fontaine "Entre ses mains" traza un excelente retrato de un psicópata) se deja llevar por la tentación de construir su personaje desde el cliché más común y conocido, cuando ya lo hemos visto en otros trabajos como "Guerra de Misses" del gran Patrice Laconte o en "Les émotifs anonymes" -dentro de Les Avant Premières 2012- donde su construcción más sutil favorecía ampliamente al resultado del mecanismo de la comedia.



Tanto la pareja protagónica como Dussollier, tienen que lidiar con un guión que parece escrito con los códigos del humor de los años sesenta, donde las situaciones se aceptan sólo porque están pasando en pantalla.
Son hasta situaciones ridículas que no tienen ningún asidero ni pueden suceder en la realidad, tal como se presentan (la novia que consigue Dussollier para plantearle a Huppert irse de su casa al instante, la situaciones que acercan el vínculo entre los protagonistas, los personajes secundarios como los docentes del colegio o los visitadores sociales) ni tampoco se las muestra con algún condimento interesante más que lo que ya sabemos que va a pasar a partir de que están planteados los primeros minutos de la película.

Lejos de las mejores comedias que está produciendo Francia con un estilo narrativo propio y con guiones con un aroma particulamente francés, "Mi peor pesadilla" recurre a los modelos más básicos de la tipica comedia americana que no siempre sientan bien en otras latitudes y sobre todo, en otra época, ya que sólo hubiese funcionado unos cuántos años atrás... muchos.
Una pena.

lunes, 18 de marzo de 2013

Con una pequeña ayuda de mis amigos

"Dias de vinilo"
de Gabriel Nesci
con Gastón Pauls, Rafael Spregelburd, Fernán Mirás, Ignacio Toselli, Inés Efron, Maricel Alvarez, Emilia Attias, Carolina Peleritti y la participación de Leonardo Sbaraglia


Nesci, de probada solvencia en el guión televisivo con las dos temporadas de la serie "Todos contra Juan", prueba suerte ahora en el mundo del largometraje para contar la historia de cuatro amigos del barrio Damián, Marcelo, Luciano y Facundo, que se conocen desde los momentos compartidos en la infancia, punto de arranque de la narración con un ajustado uso de la voz en off que nos introduce en el relato y en cada una de las historias personales de los protagonistas. 

Tal como reza el afiche de la película: "las relaciones son todo un tema", y desde allí ya nos presenta los ejes de esta historia de treintañeros: la música, la amistad y las mujeres.

Damián (Gastón Pauls en un papel que sin lugar a dudas remite a su televisivo "Todos contra Juan") es el guionista del equipo. En plena crisis después de haber roto su pareja con Ana (Carolina Peleritti) trata de redimirse con un segundo guión que le permita dejar atrás su imagen de cineasta liviano, con la comedia romántica "a cuestas" con el que ha logrado su moderado primer éxito. Se cruzara en el camino con Vera (Inés Efron) quien lo ayudará a recomponer su guión e intentará también emparchar sus problemas afectivos.

Luciano (Fernán Mirás) conduce un programa de radio y también sufre un desengaño amoroso con Lila (Emilia Attias) quien convierte en un hit una canción dedicada a él, contando las peores miserias de la pareja, que llega rápidamente a ser número uno en los rankings de todas las radios, inclusive en el programa del propio Luciano.


Su productora radial es Karina (Maricel Alvarez), novia de otro amigo del grupo, Facundo (Rafael Spregelburd) un compositor amateur de música y jingles, que comercializa tumbas para un jardín de paz. 
El grupo también atraviesa un momento muy particular porque faltan pocos días para que Karina y Facundo se casen con todos los nervios, los preparativos y las dudas que suelen aparecer a último momento en los novios y terminan contagiando al grupo.

Completa el cuarteto Marcelo (Ignacio Toselli a quien vimos en "Buena Vida Delivery"), el líder de una banda tributo a los Beatles, que sueña con tocar en Liverpool. Toda su vida se altera cuando conoce a una centroamericana por chat, que cuando aparece en la puerta de su casa, es oriental y sus iniciales son Y.O. (Yenny Orozco). Como buen admirador y émulo de John Lennon, Yenny Orozco perturba su vida tal como Yoko Ono lo hizo en su momento con John.

Con estas cuatro líneas argumentales bien diferenciadas pero que a la vez se entremezclan, Nesci teje una comedia muy agradable que se aproxima al universo de las relaciones de pareja, el trabajo, los desengaños amorosos,  el desarrollo profesional y los proyectos personales en un universo sesgado por los treintaypico.

El papel de Gastón Pauls y su guionista en búsqueda de una identidad y de un estilo propio, aunque dubitativo en el camino que debe elegir,  le permite inclusive a Nesci autoreferenciarse permanentemente y reirse de su propia situación -y de la de cualquier cineasta argentino jóven- dentro del medio. 
El guión aprovecha el ritmo de sitcom  y sabe construir situaciones sumamente divertidas, sobre todo, en los pasos de comedia del personaje de Marcelo (con muy buen timing por parte de Ignacio Toselli) con las situaciones de su banda y de la aparición de Yenny/Yoko, jugando además con guiños típicos de una época en complicidad con el espectador.


Si bien algunas situaciones se encuentran un tanto alargadas con una duración que va un poco en perjuicio del ritmo general (dura casi dos horas), la diversidad de las historias y la buena incorporación de personajes secundarios (con una brillante participación de Leonardo Sbaraglia casi parodiándose a si mismo o Gonzalo Urtizberea) hacen que la historia se pueda ver siempre con una sonrisa.

El elenco tiene al frente cuatro actores de diversas extracciones (Pauls es más televisivo mientras que Spregelburd proviene más del circuito teatral off y Mirás ha tenido trayectoria tanto en cine como en teatro como en televisión) que potencian aún más el espíritu de grupo. Cada uno parece tener un personaje escrito a su medida y se los ve sueltos, distendidos, divertidos, formando un equipo sólido y teniendo posibilidades de brillar cada uno en su momento.

Con las actuaciones femeninas, lamentablemente no pasa lo mismo.
Detrás una Karina tan bien cincelada por Maricel Alvarez (a quien vimos junto a Javier Bardem en "Biutiful") que asombra en el tono de comedia después de haberla visto en sus trabajos dramáticos, acompaña Inés Efron haciendo una vez más el mismo papel con la misma cadencia y con los mismos gestos de siempre (que ella sabe lograr y que si bien sabemos que su criatura queda cinematográficamente  simpática, ya está demasiado desgastada y parece calcada de "Cerro Bayo" "Amorosa Soledad" o "Medianeras").
Carolina Peleritti está correcta pero poco convicente y desafortunadamente Emilia Attias no se encuentra para nada a la altura del resto del equipo, con una actuación acartonada y con líneas de diálogo que, pronunciadas por ella, cuesta mucho que suenen creíbles y queda completamente desajustada del nivel general del film.

Asi y todo, más allá de los desniveles apuntados en algunas actuaciones, el guión tiene trazos inteligentes y divertidos y la historia es fresca y llevadera.
Una comedia que habla de la amistad, los sentimientos, las relaciones, los éxitos y los fracasos y lo hace sin perder el buen humor y las situaciones de comedia. Lo que ya es todo un logro.

jueves, 7 de marzo de 2013

Natalie Portman madura a los golpes

"The other woman"
no estrenada en los cines, circula como "La otra mujer" o bien "El amor y otras cosas imposibles"
de Don Roos
con Natalie Portman, Scott Cohen, Lauren Ambrose y Lisa Kudrow

Don Roos debutó en el cine con la super independiente "The Opposite of Sex"/"Lo opuesto del sexo" donde ya tocaba temas de avanzada para la epoca, con figuras que se convirtieron en íconos del cine independiente como Martin Donovan, Christina Ricci, Lyle Lovett y Lisa Kudrow.
Despues de otros intentos de comedia romántica como "Bounce" con la pareja Gwyneth Paltrow - Ben Affleck, retoma la dirección con este melodrama basado en la novela de Ayelet Waldman, 'Love and Other Impossible Pursuits'.

La ganadora del Oscar por "Cisne Negro", Natalie Portman se calza otro interesante protagónico en la piel de Emilia, una licenciada en derecho por la Universidad de Harvard.
Ella es exitosa en su carrera y fue ascendiendo posiciones en el estudio de abogados donde trabajaba. Para colmar todos sus proyectos, también se acaba de casar con Jack (Scott Cohen), un importante abogado neoyorquino que era su jefe (y que estaba casado) cuando ella empezó a trabajar en su bufete.

Desgraciadamente, la vida de Emilia da un vuelco inesperado cuando Jack y ella pierden a su hija recién nacida.
Roos no solamente se mete de lleno en un tema super espinoso como la pérdida de un hijo sino que también intenta ensayar diversas subtramas como la culpa que siente la madre por no haber cuidado lo suficiente a su bebé, el resquebrajamiento lógico (?) que hay en la pareja a partir de esta pérdida y también bucea lo más profundo que puede en el vínculo que entabla Emilia con la segunda pareja respecto de los hijos que {el ha tenido en su primer matrimonio. Sobre todo, subsistiendo aún una relación dificil entre su marido y su  ex-mujer (Lisa Kudrow).
Temas todos conocidos, que se ven en forma cotidiana y que el guión trata de una forma natural y es quizás uno de los mayores atractivos de la película.

Con un formato que remite quizás demasiado a un esquema de  telefilm, obviamente gana con creces en el terreno de las actuaciones porque no solamente Natalie Portman brinda un trabajo lleno de matices, sin exageraciones y con mucha ambivalencia - sobre todo en los intentos por lograr vincularse con la hija de su actual marido y con su ex-mujer - y una participación de Lisa Kudrow como la ex-mujer de Jack, destilando veneno y ubicada en un papel que se encuentra casi en las antípodas de los que ella suele desarrollar en diferentes comedias y con el particular estilo con el que suele dotar a sus personajes.



Con un guión que intenta (a veces con suerte, a veces no tanto) eludir algunos esquemas y lugares comunes del género y con una dirección de actores que logra sacar lo mejor de cada uno, "The other woman" es una buena alternativa para encontrar esta pequeña película que no ha tenido difusión en los cines y se encuentra directamente en DVD.