martes, 20 de marzo de 2012

Un hombre y una mujer

"Copia Certificada"
de Abbas Kiarostami
con Juliette Binoche y William Shimell

Si bien Abbas Kiarostami cambia el ritmo y las características de los personajes de sus acostumbrados relatos en suelo iraní ("El sabor de la cereza" "A Través de los olivos" "Donde está la casa de mi amigo?") no cabe la menor duda que su última creación "Copia Certificada - Copie Conforme" respira su cine, su talento y su inigualable manera de contar una historia.

Un crítico de arte inglés llamado (el cantante lírico William Shimell, en su debut en el cine) presenta su último libro en la Toscana italiana cuyo título es justamente el título del film -primer guiño que se plantea en la primer escena de la película-.
El tema fundamental del ensayo es dentro del mundo del arte, particularmente asomarse al mundo de las copias que emulan, superan, imitan, se comparan con sus originales.
Copias cautivantes que son casi tenidas en cuenta como verdaderas creaciones cuando en realidad son copia fiel de algún original que es el que verdaderamente tiene el mérito y rango de obra de arte.

Una mujer que asiste a la presentación de este libro (Juliette Binoche). Ella está interesada en el tema porque es galerista y justamente se gana la vida en el mercado de las copias certificadas.
Pero hay otros intereses secundarios (?) que hacen que los dos personajes inicien un viaje en el cual importa menos el viaje en si mismo, que los velos que se van corriendo a medida que esta pareja comience a interactuar. 


Un hermoso camino de cipreses nos remite a la marca registrada de los caminos con los que Kiarostami trazaba otrora sus viajes iniciáticos. Ésta y otras sutilezas y detalles en la puesta,  nos van encaminando a que acompañemos a estos dos personajes quienes debaten sobre el significado del arte y entablan una especie de juego de seducción, sin darnos cuenta que nos van envolviendo en un juego donde nos perderemos enteramente como en un laberinto de espejos. 
Una de las paradas del "via crucis" de esta pareja es un bar en un pueblito en donde paran a tomar un café, a comer algo. La mujer que atiende este pequeño lugar los "confunde" con un matrimonio.
Es a partir de este momento en donde tras este punto de quiebre, la historia comienza a replegarse y multiplicarse en sí misma como en un juego de cajas negras que se van abriendo al mismo tiempo que escondiendo información, datos que nos permiten o no, cerrar el rompecabezas.

Kiarostami nos confunde ex profeso, se burla de la linealidad de cualquier historia, ya no importa si esta pareja se está por formar, se formó hace quince años, si se va a disolver apenas terminen su recorrido o si tienen asuntos pendientes que tratar y los resolverán justamente en este momento donde somos testigos.

Y cuando tengamos la sensación de comenzar a tomar con alguna certeza las riendas de la historia, cuando la luminosa belleza de Juliette Binoche nos comparta a la cámara un dato que parece ubicarnos en un terreno seguro, nuevamente aparecerá otro que nos arrojará irremediablemente y una vez más al terreno de la incertidumbre.


Pareciera que Kiarostami quiere fusionar en esta pareja, otras parejas (matrimonios, parejas establecidas, parejas ancianas) y borrar cualquier intento de referencia para que Binoche y Shimell sean dos y sean muchos a la vez.

Cuenta indudablemente con un trabajo impresionantemente rico de Binoche, con una sensualidad a flor de piel, lleno de matices y visitando casi todos los registros. Como plus, es exquisita cuando habla francés, deliciosamente entonada en italiano y sobria cuando se expresa en inglés. No sólo hay una diversidad de idiomas conviviendo en Binoche sino también un abanico de emociones y una máscara dúctil capaz de transmitir cualquier expresión, con unos primeros planos de una cámara completamente enamorada de su protagonista.

Schimell la acompaña muy dignamente en su debut cinematográfico formando un sutil  pas de deux donde en un momento se seducen como en una primer aproximación y doblando a la esquina parecen tener un hijo en común, quizás no se conozcan o quizás estén buscando un lugar donde hace más de quince años se amaron por primer vez. Mientras ella habla en francés, él le contesta en inglés, o dialogan los dos en francés o dialogan los dos en inglés.


No hay lengua, historia, lazo, vínculo que nos haga definir a nuestros dos protagonistas. Pero sin embargo, esa falta de certezas es justamente lo que hace que la historia sea más interesante aún.
Con un dejo de el dueto de Linklater "Antes del amanecer"/"Antes del atardecer" la pareja guarda todo ese márgen de ambigüedad hasta que suenen las campanadas y como en un cuento de Cenicienta moderno quizás tengamos que salir del hechizo de esta historia de amor que es una y todas al mismo tiempo.

domingo, 4 de marzo de 2012

Jack, Jill y todos los demás

"Jack y Jill"
de Dennis Dugan
con Adam Sandler, Katie Holmes, Dana Carvey, Natalie Gal, Shaquille O'Neal y la participación especial de Al Pacino

Evidentemente Dennis Dugan ha forjado prácticamente toda su carrera al lado de Adam Sandler. Su firma como director aparece en "Son como niños", la más reciente "Una esposa de mentira" con Jennifer Aniston y anteriormente en "Happy Gilmore" y  "Un papá genial" y la entretenida y políticamente incorrecta "No te metas con Zohan", entre otras comedias de su filmografía.

"Jack y Jill"  abre (y luego cierra...) con relatos de hermanos gemelos que cuentan anécdotas sobre esta particular forma de encarar la vida. Es así como nos introducimos en la historia de Jack, un empresario dentro del rubro de las publicidades, felizmente casado, con dos hijos y un perfil bastante existoso.

Su contracara es su hermana gemela Jill, quien aparece para el festejo del Día de Acción de Gracias y una vez más comenzarán los choques entre ellos.
En esta oportunidad y tratando de incorporar a la "oveja descarriada" a la familia, haciéndola sentir parte del clan (idea que sostiene mejor su cuñada, papel a cargo de la inexpresiva Katie Holmes, que su propio hermano), tratarán de que la estadía de Jill se vaya prolongando hasta que lleguen a formar parte del plan familiar de vacaciones en un lujoso crucero. 

Entre las historias de ambos hermanos se entrecruza la de Al Pacino, haciendo de Al Pacino. Jack lo quiere conseguir para que filme una de sus publicidades al mismo tiempo que  Pacino tiene interés en vincularse con él pero por el sólo hecho de que encuentra a su hermana Jill sumamente atractiva. 

Por más ruda, grosera e impertinente que se muestre Jill, Al Pacino cae inexpicablemente rendido ante ella y comienza a perseguirla y no habrá nada que la convenza para que caiga en los brazos de su galán.
 
Si bien al inicio la película tiene flashes de humor políticamente incorrecto tal como destila siempre Adam Sandler en todas sus películas, pasado ese entusiasmo inicial, el trazo grueso con que el guión pinta a Jill y lo impresentable de la mayoría de las situaciones que le tocan en suerte jugar a Al Pacino hacen que la película naufrague rápidamente una vez transcurridos los primeros minutos.


Al Pacino: auténtico decadente

Es completamente absurdo que un actor de su talla se haya prestado a las situaciones que propone el guión, que de tan bizarras, casi obligan a que uno vea la película agachando la cabeza porque da verguenza ajena - un ejemplo claro es la escena de Al Pacino suspendiendo una función tratral de una importante obra shakespeariana para ponerse a hablar por teléfono con ella mientras el público se encuentra en la sala (?!).
 
El guión no se priva de plantear situaciones de humor escatológico y burdo que por ejemplo en algunas películas de los hermanos Farrelly puede resultar gracioso, pero aquí en "Jack y Jill" suena sumamente desajustadas y carentes de toda gracia.

Haciendo uso de recursos completamente transitados en cualquier comedia de bajo vuelo -como cuando Jack se termina disfrazando de Jill para tratar de seducir a Pacino- no hay pasados los primeros minutos ningún rasgo de comedia inteligente y sinceramente se hace profundamente acreedora de todas las nominaciones a los premios Razzie  (el premio que burla a los Oscar planteando su contratacara para los peores logros del año, como des-honores 2012 a la producción cinematográfica), premios en los que copó prácticamente todos los rubros con 12 nominaciones (que mereciera ganarlas todas y cada una de ellas).
 
Adam Sandler, vinculado con la industria de Hollywood podría haber hecho una comedia pasatista como lo fue por ejemplo "Una esposa de mentira" estrenada hace unos pocos meses, sin que esto implicara caer en un guión sin el más mínimo atisbo de elaboración para que las escenas no parezca extraidas de la peor comedia televisiva pretenciosamente transgresora.
 

Sandler en el papel de Jill bordea el patetismo, como una grosera copia de Dustin Hoffman en "Tootsie", los apuntes que recaen sobre ese personaje rayan burdamente en la burla al diferente con un trazo completamente gruso que más que causar gracia, molesta e incomoda.
 
Aún con algunas escenas que arrancan alguna risa al inicio en la presentación de los personajes, la película hace agua al poco tiempo de hacer comenzado sin que haya ningún repunte a medida que avanza la historia.
Sigo sin entender como Pacino pudo aceptar un guión asi. Lo pienso, pero sigo sin entenderlo.