domingo, 14 de febrero de 2010

Cómo ser un viudo con hijos... y no morir en el intento...

"Solo Ellos" ("The boys are back")
de Scott Hicks
con Clive Owen, Laura Fraser, Emma Booth y George MacKay

"The boys are back" está basada en la novela autobiográfica de Simon Carr, periodista deportivo radicado en Australia, que tiene que continuar con su día a día profesional, mantener su hogar y criar a su hijo de 6 años, tras la pérdida de su segunda esposa por una enfermedad terminal. Para sumarse a un cuadro algo caótico, al poco tiempo, vuelve de Inglaterra su hijo mayor -hijo de su primer matrimonio- con quien tiene varios asuntos pendientes que resolver.
Scott Hicks ya había dado pruebas de poder manejar estos dramas basados en hechos reales con "Crepúsculo" una pelicula muy interesante que contaba con la extraordinaria actuación protagónica de Geoffrey Rush para que sobresaliese del promedio.
En este caso, el peso del protagónico recae sobre Clive Owen quien brinda una actuación completamente alejada de los papeles que suele interpretar y en este caso, está muy bien secundado por sus hijos en la ficción que ayudan a que este melodrama gane en credibilidad.

Los vínculos con la familia de su segunda mujer -fundamentalmente la dificil relación con su ex suegra-, los asuntos pendientes que afloran sobre su primer matrimonio, la adaptación a su prematura viudez y el desarrollo de un nuevo lazo con sus dos hijos, son algunos de los temas que el guión aborda sin poder anclar en ninguno de ellos con la profundidad necesaria. Esto se convierte en la principal dificultad con la que se encuentra la película sin llegar a encontrar un tono confesional e intimista adecuado, sobrevolando el drama familiar con un formato mayoritariamente de película de televisión, de una forma superficial.

La buena dirección de Hicks, acompañada de una hermosa fotografía de paisajes de Australia y una correcta banda sonora, hacen que "The boys are back" tenga un cierto nivel de interés en su desarrollo, pero deje, al finalizar, un resultado demasiado liviano y sobre todo, con algunos planteos que no se terminan de definir.}
Con un guión más sólido en el desarrollo de los personajes se hubiese ganado en profundidad, pero se queda sin embargo a mitad de camino, y  cabe preguntarse finalmente cuál es el aspecto saliente de la historia por el cual decidieron llevarla a la pantalla.

martes, 9 de febrero de 2010

El diablo en Bridget Jones

"Caso 39 - Expediente 39" ("Case 39")
de Christian Alvart
con Renée Zellweger, Bradley Cooper, Ian Mc. Shane y Jodelle Ferland



Emily Jenkins (Zellweger) es una asistente social a la que le adjudican el caso de Lillith, una niña con problemas de todo tipo en la escuela y en la primer entrevista con sus padres, se plantean serios problemas de vínculos familiares.

En un episodio extremadamente violento, Emily logra salvar a la ñiña de que sus padres la quemen viva en el horno de la casa. Finalmente, y a pedido de la niña, decide llevársela a vivir con ella. Pero pronto empezará a surgir la verdadera personalidad de Lillith. A esta altura, Emily ya está en graves problemas...

Con un muy buen planteo inicial -aunque no es nada original, por cierto-, "Expediente 39" logra, de todos modos, sostener el enigma que rodea al extraño comportamiento de Lillith.
Logra sus mejores momentos de tensión cuando varios allegados a ellas empiezan a tener accidentes fatales (otro niño que es un caso con el que Emily trabaja; su novio y psicólogo de los chicos -papel a cargo del multi-visto por estos momentos Bradley Cooper de "Simplemente no te quiere" "Qué pasó ayer?" "New York, I love you" "Día de los enamorados") y comienza a aparecer una veta de terror sobrenatural suficientemente inquietante.

Para este momento uno ya pasó por alto que la heroína de la película es nada menos que Renée Zellweger, incompresiblemente elegida para esta película, y dándole una nueva oportunidad, su actuación logra, llegado este punto, transmitir la desesperación y el miedo del personaje, aunque uno siente todo el tiempo que no alcanza.
Toda la excelencia que pone en juego el director Christian Alvart en conducir algunas escenas que logran su impacto (como la esceña del baño de Bradley Cooper o cuando el Detective que encarna Ian Mc. Shane es perseguido por un perro furioso) se pierde con otros "sobresaltos" previsibles y ya vistos. Es lamentable que el giro final sea totalmente desacertado e increible, quedando completamente fuera del suspenso creciente y negro que el guión venía trabajando.

 Un buen golpe de tuerca sobre el final hubiese hecho la diferencia, pero...

domingo, 7 de febrero de 2010

Una gran manzana cortada en fetas

"New York, I love you"
dirigida por Mira Nair, Brett Ratner, Natalie Portman, Yvan Attal, Fatih Akin, Shekhar Kapur y otros
con Bradley Cooper, Ahyden Christensen, Natalie Portman, Orlando Bloom, Christina Ricci, Andy Garcia, Ethan Hawke, James Caan, Cloris Leachman, Julie Christie, John Hurt, Robin Wright Penn y elenco

Al estilo de "Paris, je t'aime" se reúnen nuevamente un grupo de directores, para contarnos cada uno su historia de amor, en este caso, teniendo como telón de fondo a la big apple: New York.

Y es siempre una delicia ver lo imponente de esa ciudad con sus diferentes barrios y su heterogeneidad exhultante. Brooklyn Bridge, Chinatown, la calle 42, Braodway, Tribeca, el Central Park, Strawberry Fields, los rascacielos.... pero perfectamente uno podría disfrutar de lo mismo en un exquisito documental para televisión. Porque en este caso, las diferentes historias situadas, excepto por algunas excepciones, no tienen ningún interés particular en la construcción del relato ni están contadas de alguna forma novedosa por parte de los directores. De todos modos, por la velocidad y la brevedad de cada historia, no hay tiempo de aburrirse, el film en sí es divertido.

Su antecesora "Paris, je t'aime" tenía como cualidad, hurgar un poco más en la idiosincrasia parisina y cada una de las historias abría y cerraba presentando al quartier al que aludía. De esta forma, se presentaba en sí misma como una idea de relatos discontinuados, mientras que en este caso, en "New York, I love yoou" se trata pretenciosamente de busca un vehículo entre las deshilachadas historias, lo que no hace más que subrayar la inexistencia de hilo conductor y hacer de esa historia-nexo, la más inconsistente de todas.

El elenco es extenso y todos hacen trabajos al menos correctamente (aunque el trío Julie Christie - Shia Le Bouf - John Hurt en el delicado segmento de Shekhar Kapur  son notables) aunque no pasa lo mismo con la dirección de los cortos.
El que está dirigido por Natalie Portman sobre la historia de un padre negro que  lleva a su hija al parque  y es confundido por el resto de las madres como su cuidador es completamente desacertado en todo sentido.
Y es una lástima que las actuaciones en el segmento de Robin Wright Penn y Chris Cooper queden naufragando en el medio de diálogos sumamente faltos de interés, donde el palabrerío no permite acceder al centro de la historia.

Por otro lado, sobresalen muy por sobre la media el de Fatih Akin (un pintor le propone a una bella mujer oriental que pose para él con el Barrio Chino como centro del cuento), el Yvan Attal con Ethan Hawke y Maggie Q con un pequeño giro sorprendente en el final de una conversación a la salida de un bar y por la creatividad en el guión sobresale el de Bret Rattner con la promesa que hace un jóven de llevar a la hija del farmacéutico al baile de promoción, dando lugar al segmento más divertido y mejor construido de las 11 historias.

No hay mucho más para comentar de esta gran manzana cortada en lonjas, muchas de ellas acarameladas y otras que sólo quedan para hacer compota.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Ang Lee nos transporta a Woodstock !

"Destino: Woodstock - Taking Woodstock"
de Ang Lee
con Demetri Martin, Imelda Stauton, Eugene Levy, Emile Hirsh y Liev Schreiber


Ang Lee nos lleva a Woodstock, el concierto más famoso de la historia del rock, de la mano de las memorias de Elliot Tiber quien en 1969, desesperado por la grave situación económica de sus padres, tuvo la idea de que se alquilara un terreno de su pueblo de White Lake y de poner a disposición su emprendimiento familiar -un motel absolutamente decadente- para que se llevara a cabo la fiesta de tres días de música con sex, drugs and rock and roll  que les cambió la vida a los cientos de miles de participantes.

Con "Taking Woodstock", Ang Lee vuelve a mostrar la ductilidad para abordar cualquier género con una calidad y creatividad elogiables. Supo manejar el drama con "Secreto en la montaña", adaptar el clásico de la novela de Jane Austen "Sensatez y Sentimientos", homenajear al cine oriental y sus grandes producciones de artes marciales con "El tigre y el dragón", bucear en un cine intimista como en "Comer, Beber, Amar" o "La tormenta de hielo" (recomendable film con Kevin Kline, Sigourney Weaver y Joan Allen) y en todas ellas ha logrado ambientar la historia de forma tal de transportarnos a una determinada época con un estilo bien diferenciado en cada caso.

Y ahora nos lleva a ese memorable concierto donde ese concierto en sí, no será más que una excusa para mostrarnos todo un movimiento que estaba surgiendo y el fuerte impacto que significó para cada uno de sus protagonistas. Una era con planteos de libertad, cultura hippie, amor libre y desinhibición.
Todo esto contrastando con la fuerte rigidez de un pueblito americano cuasi desconocido que se resiste al "cambio", con situaciones que recuerdan a otras películas de vida pueblerina como "El divino Ned", "El jardín de la alegría" o mismo "The full Monty".

Quien quiera ver el concierto propiamente dicho, tendrá que apelar a los documentales u otras películas sobre el tema, porque Ang Lee sólo lo toma como escenario para reflejar ese momento social donde una juventud entera pedía paz en medio del desastre de la guerra de Vietnam y el movimiento hippie planteaba una fractura, a contrapelo de toda la rígida estructura del americano promedio.


El guión de James Schamus sobre la novela autobiográfica de Tiber, se desarrolla sobre la base de la evolución del protagonista (excelente Demetri Martin) -aprovechando a tocar otros temas como las relaciones familiares, los valores, el crecimiento y el despegue del hogar natal-  y acercando una mirada tierna y despojada de juzgamiento hacia todos sus personajes.
Imelda Staunton ("El secreto de Vera Drake") está desopilante como la madre del protagonista y un elenco homogéneo acompaña en cada una de las situaciones que son distintas pinceladas para formar el gran cuadro de la época.

Una comedia que habla de la tolerancia-intolerancia, de la liberación, del amor libre, de la paz, de los valores de todo un mundo nuevo que explotaba en esa década, una deliciosa mirada a ese Woodstock que veía nacer una revolución cultural y social que se venía gestando.
Y nos deja con ganas de haber estado ahí...