"La buena voz"
de Antonio Cuadri
con Jose Luis Gomez, Pilar Velazquez y Ricard Sales
"La buena voz" cuenta la historia de Pepe y Rosa, un matrimonio de inmigrantes, pasando ya los cincuenta, que nunca ha tenido hijos. Sus vidas transcurren, monótonas y rutinarias.
Ella haciendo las tareas del hogar y fundamentalmente dedicada al cuidado de su madre y él, desarrollando su trabajo como taxista por el que evidentemente ha perdido el interés hace rato.
La película los presenta bucólicamente en su devenir cotidiano sin mayores sobresaltos, hasta que la muerte de la madre de Rosa conjuntamente con la llegada inesperada de una antigua amiga que aparece después de largo tiempo de ausencia, rompe con ese delicada y supuesta quietud.
La amiga de Rosa irrumpe con un secreto guardado por muchísimos años, que desequilibra fuertemente sus vidas.
Pepe ha tenido una historia sentimental con la amiga de su mujer, que reaparece. Y como en todo buen melodrama, el resultado de ese amor juvenil y apasionado es Jordi, el hijo del que Pepe jamás había escuchado hablar ni sospechaba de su existencia. Esto, de todos modos, es sólo el inicio de una cadena de secretos que se develan en capas o cajas chinas que se van abriendo una dentro de otra.
A pesar de tener una narración fluida e interesante, el guión toca demasiados lugares comunes y se construye a partir de una acumulación de situaciones negativas que recargan demasiado los giros de la historia.
Sólo que la simple acumulación de unas sobre otras, no aseguran de por sí un crecimiento dramático en la historia, quitándole incluso la profundidad que alguna de ellas hubiesen requerido dentro de la trama.
Sólo que la simple acumulación de unas sobre otras, no aseguran de por sí un crecimiento dramático en la historia, quitándole incluso la profundidad que alguna de ellas hubiesen requerido dentro de la trama.
El elenco es correcto, pero el excesivo dramatismo y alguna falta de ductilidad en los devenires del personaje de José Luis Gomez (similar a la impavidez que manejaba con Penélope Cruz en "Los Abrazos Rotos") hacen que la historia sólo logre llegar en algunos contados momentos, sobre todo en las actuaciones de Pilar Velazquez (Rosa) y un interesante trabajo de Biel Durán como Jordi.
El guión de Claudio Crespo sin duda padece de enarbolar situaciones pretendidamente dramáticas o comprometidas, sin darles el desarrollo adeudado y no logra que alguno de los personajes -excepto el de Jordi, quizás- haya hecho un recorrido interesante dentro de tantas visicitudes.
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