"Bellamy"
de Claude Chabrolcon Gérard Depardieu, Jacques Gamblin y Marie Bunuel
La muerte del cineasta Claude Chabrol invita a revisitar su filmografía siendo que ésta, su última película, fue estrenada en Buenos Aires el año pasado y está disponible en DVD.
Todos los actores que han trabajado con este reconocido cineasta francés coinciden de su fama de bon vivant, de amar a su trabajo, de amar la vida, de saber disfrutar de los placeres de una buena cena entre amigos, una buena comida (incluso ha escrito un libro de recetas de cocina vinculado a sus películas). Pero lamentablemente sus últimas películas y sobre todo "Bellamy" no exhudan ese sentido del humor y la ironía que Chabrol tenía en su vida cotidiana.
Pareciera que ante su traje de realizador, Chabrol ha elegido más un estilo sumamente convencional y se presenta con una manera de contar la historia que atrasa el reloj por lo menos, 25 años (claro ejemplo: personaje hablando a la cámara tres cuartos perfil mientras el otro está parado detrás de él: ¿qué manera de dialogar es esa?). Así en su manera de presentar los personajes, la historia y su manera de filmarla: todo respira anacronismo.
Si bien la crítica ha recibido en su gran mayoría con grandes halagos al trabajo de Chabrol (y este último opus no ha sido precisamente la excepción) la lentitud y la pesadez del planteo, lo reiterativo de algunos diálogos que no hacen más que subrayar lo ya dicho y la unidimensionalidad de los personajes que parecen de cartulina, hacen pensar en la enorme complacencia de la crítica que la ha calificado de "irresistible tratado psicológico" a un polar a la Simenon que puede ser ampliamente superada por cualquier buen capítulo de cualquier serie televisiva.
Precursor del movimiento de la Nouvelle Vague, lamentablemente, Chabrol se ha quedado en el tiempo. En alguno de sus últimos films ha sabido destilar -aunque quizás demasiado reiterativamente como autoplagiándose en cada película- algunos dardos contra la burguesía francesa, pero en su último opus no le encuentra el ritmo a un policial en donde la incógnita se va diluyendo con personajes que no despiertan el mínimo interés.
Para tratar de que el espectador se mantenga atento, aparecen algunas impresiciones que si bien podrían haber sido capitalizadas como enigmas a resolver, no hacen más que confundir y no terminar de delinear a los personajes.
Dépardieu pasea su panza mientras trata de dar ayuda a un enigmático hombre que aparece diciendo que ha matado a otro por amor a su(s) mujere(s) en su casa de vacaciones.
Evidentemente aburrido de esos días donde nada pasa con su mujer, Bellamy se contacta con él a fin de resolver el caso. A falta de vueltas de tuerca inteligentes, la trama se repliega sobre si misma con laberintos insostenibles y nutriéndola de "grandes casualidades" (el cadáver aparecido solo puede ser identificado por la dentura y justo ellos son amigos del dentista del lugar y cenan con él!, una de las mujeres de este personaje enigmático justamente también está ligada con otro de los personajes... y coincidencias del estilo que ningún guionista de Sony - Fox o cualquier otro canal se atrevería a volver a usarlas).
Evidentemente el mejor tributo a Chabrol sería revisar algo de su vasta filmografía que pueda mostrar todo su potencial, dejando un poco de lado la producción de este último tiempo y a "Bellamy" en particular.
Y asi como en su momento tanta crítica se enamoró del cine iraní así filmaran los planos de una estepa durante tres horas sin diálogos, o han hablado maravillas del cine independiente nacional (Lisandro Alonso, por ejemplo) sin que se entienda un ápice de lo que intenta decir la película, esta vez fue el enamoramiento por Chabrol de casi toda la crítica lo que volvió a tomarme por sorpresa cuando vi esta película.
Y bueno, eso me pasa por leer a los críticos, o lo que es peor, tomarme en serio todo lo que dicen....
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