viernes, 13 de mayo de 2011

Quemándose en el infierno

González Iñárritu
"Biutiful"
de Alejandro González Iñárritu
con Javier Bardem, Maricel Alvarez y la participación de Eduard Fernández

Thomas Vinterberg
"Submarino"
de Thomas Vinterberg
con Jakob Cedergren, Peter Plaugborg, Morten RosePatricia Schumann



Dos descensos a los infiernos con dos miradas que en algún punto se asemejan, pero que finalmente logran resultados completamente diferentes y dispares: la del mexicano Iñárritu y la del danés Vinterberg. Dos trabajos al filo del vacío, destinados a la provocación, con historias sumamente duras y viscerales. Y cada uno de ellos le imprime al viaje personal de los protagonistas de sus historias, un sello distintivo de dos grandes directores.


Por un lado, "Biutiful" muestra a un Iñárritu distinto, alejado por primera vez del guionista Guillermo Arriaga con quien había elaborado los exitosos trípticos, arrancando por la brillante "Amores Perros" y luego, sus incursiones hollywoodenses en "21 Gramos" y "Babel".
En esta oportunidad se aparta del sistema de historias que se cruzan para narrar una sóla y en forma elíptica, con un inicio que se entenderá y cerrará, una vez que hayamos acompañado a Uxbal, el protagonista de esta historia a atravesar su via crucis personal.

Lejos del espíritu coral que envolvía a sus películas anteriores, ahora el foco es Uxbal (un impresionante tour de force de Javier Bardem, nominado al Oscar por este trabajo) quien recibe la noticia de que padece una enfermedad que lo está consumiendo.

Mientras su vida se va apagando, deambula sin rumbo fijo entre sus negocios sucios que son su medio de vida (excusa para que Iñárritu nos pasee por el barrio más lumpen y bajo de Barcelona, El Raval) donde lidia con inmigrantes ilegales, diálogos con espíritus muertos y talleres de trabajo clandestinos y trata de sostener a mansalva su paternidad, que es su único espacio de luz.
Para esto tendrá que asumir, aunque le cueste, que la crianza de sus hijos no deja de ser una tarea compartida, y allí aparece la figura de su ex mujer (también notable en su caracterización la argentina Maricel Alvarez) y el vínculo enfermo de idas y vueltas con esta mujer con antecedentes de prostitución y en una permanente lucha con su adicción.

Todas estas líneas que se despliegan en el guión de Iñárritu junto a Armando Bó, hacen que Uxbal se mueva en un ambiente oscuro y que Iñárritu disfrute -quizás demasiado excesivamente- en mostrarnos impiadosamente las miserias sociales, las propias bajezas intrínsecas en cada ser humano y que construya un collage miserable de sus propias criaturas. Regodeado en su propia negrura, Iñárritu trata de impostar poesía en la escena de apertura -que por el carácter circular de la película vuelve a tomar sentido en el final del filme-, una brisa poética demasiado forzada después de habernos refregado durante mucho más de dos horas por las zonas más siniestras y habernos llenado de golpes por debajo de la ingle y manteniendo un clima asfixiante e injustificado.


"Submarino"  es la nueva película de Thomas Vinterberg, quien formara parte junto con Lars Von Trier de uno de los movimientos más creativos y revolucionarios dentro del cine moderno (el famoso Dogma danés), director de la recordada y elogiada "La Celebración". Trea también un relato intenso e impiadoso, enfocado en la historia de dos hermanos que fueron arrollados por una niñez dura, con su madre alcohólica, abandonados a su suerte  y con el peso enorme de la muerte de su hermano bebé en sus espaldas.

El escenario en este caso ya no es Barcelona, sino que nos mudamos a la Copenhague actual y la vida de estos dos hermanos sigue barranca abajo sin poder despegar de las esquirlas de su infancia - mostradas en una irrespirable primera parte del film-.

Qué ha sido de la vida de estos dos hermanos más de veinte años despues?
Nick está volviendo de la cárcel en donde ha sido encerrado por un tema de violencia y mantiene una relación disfuncional con su vecina, también alcohólica, quien ha perdido la custodia de sus hijos y con quien establecen momentos de amor y furia.

La muerte de la madre finalmente nos presenta el punto de encuentro de estos hermanos. Justamente al aparecer el hermano de Nick, Vinterberg se interesa en "rebobinar" la historia y contarnos cómo es que su hermano llegó hasta aquí.

Otro personaje completamente diezmado por su pasado, el hermano de Nick, está a cargo de su hijo tras la accidental muerte de su esposa. La historia se repite irremediablemente y es ahora él quien deja abandonado a su suerte a su hijo cuando queda literalmente ausente después de sus momentos de consumo de drogas.
La situación se complica aún más cuando decida tratar de salir de sus aprietos financieros y darle una vida correcta a su hijo comenzando en el t´rafico de drogas, puerta de ingreso a un espiral descendente que le hace perder absolutamente el control de su vida.



Vinterberg nos sumerge en las aguas turbulentas de la vida de estos dos hermanos, completamente ahogados, encapsulados y sin oxígeno en el "Submarino" del título, asfixiados por su pasado, para darle finalmente un giro inesperado a la historia con un final completamente esperanzador.

Y allí justamente se diferencia de "Biutiful" quien cierre la historia con su circularidad pretenciosa, y en cambio  "Submarino", usa esa misma elipsis para explicar un detalle de la historia que le da un toque emotivo y de una fuerza contundente, para un cierre de la historia increíblemente bello y genuino, dándole a Nick,  la intensa posiblidad de dar un golpe de timón y cambiar la historia.

Ambos directores hacen descender a sus personajes a los infiernos más íntimos y personales, aunque sólo Vinterberg les tiende una mano para encontrar una salida. Esa por la que luchamos todos, en cada una de nuestra historias. Algunos la encuentran y sólo por eso valió la pena intentarlo.