de Mike Mills
con Ewan McGregor, Christopher Plummer, Mélanie Laurent y Goran Visnjic
información web: focusfeatures.com/beginners
Hace unos años en el Festival de Cine de Mar del Plata, una película llamó la atención de más de un desprevenido. Era "Thumbsuker - Impulso adolescente", que obviamente por las carteleras porteñas pasó sin pena ni gloria.
Cinco años después el director Mike Mills se rodea de un elenco superestelar para una historia interesante y muy bien contada, "Beginners - Asi se siente el amor" y a pesar de que tiene todos los elementos para poder ser una pequeña perlita dentro de la cartelera, tampoco tuvo la suerte que merecía y no se pudo ver en la pantalla grande, quedando relegada al circuito del DVD. Una decisión completamente injusta pero a la que los azares de la distribución ya nos tiene acostumbrados.
Ewan Mc. Gregor es Oliver Fields, absoluto protagonista y voz cantante del relato que nos cuenta la historia de su vida, sus recuerdos infantiles, sus experiencias, sus vaivenes amorosos y sus vínculos familiares de una forma sumamente creativa, lo que hace que a los pocos minutos estemos ya completamente cautivados por un relato que si bien no tiene mayores sorpresas, arranca de una manera poco convencional.
Y este relato que nos habla de esa posibilidad de volver a empezar, de barajar y dar de nuevo, de que siempre quedamos como principiantes ante cada nuevo desafío, tiene su columna vertebral en el amor.
Amor que Oliver siente por Anna cuando esta actriz francesa irrumpe en su vida (y ella es Mélanie Laurent, de "Bastardos sin Gloria", que también ha incursionado en la dirección en la brillante "Les adoptés" que pudo verse en la semana Les Avants recientemente (Critica aquí) y también reconocida por la exitosa "El Concierto") para empezar a desequilibrarlo todo.
Amor que Oliver siente también por su padre recientemente fallecido de cáncer (un excelente Christopher Plummer, ganador del merecidísimo Oscar al mejor Actor de Reparto por este trabajo).
Y sobre estos dos niveles el relato se va dividiendo entre el presente y el vínculo que se entabla con este esbozo de pareja y el pasado que aparece en forma de constantes flash-backs (notoriamente la mejor parte de las dos entre las que está construida la narración).
Pero es tan fácil aceptar que el amor nos invade en casi todos los actos y hasta el más racional se termina enamorando de una mujer completamente impredecible y descontracturada?
Puede uno sostener el amor por una madre posesiva y con una férrea eduación religiosa, con una mirada que ha sesgado muchos momentos de nuestra infancia?
Puede uno seguir amando a su padre aún cuando él haya tomado decisiones que no sean fáciles de entender?
Hal, el padre de Oliver, al poco tiempo de morir su madre, decide confesarle que es gay y salir del closet de una vez por todas.
De esta forma Oliver empieza a reconstruir muy lentamente el rompecabezas de su infancia, del vínculo entre sus padres y de algunas cosas que no logro entender en su pasado, que ahora cobran una nueva dimensión con este nuevo y revelador detalle.
Ahora su padre milita activamente en el movimiento gay de su ciudad, no tiene absolutamente ningún problema en mostrarse públicamente con su novio -además notablemente menor que él, que ya supera los 70- y finalmente necesita aferrarse a sus amores al transitar su enfermedad, lo que producirá un cambio profundo en el vínculo padre-hijo, con sensaciones extrañas y econtradas, pero que implica un crecimiento y una mirada amorosa y sin ataduras, al mismo tiempo.
La completa libertad con la que Hal vive ahora su sexualidad redefine esta relación padre-hijo y la nutre con una inusitada sinceridad, una espontaneidad y una frescura que la torna muy singular. Y que irá marcando el presente de Oliver, tan diferente a sus estructuras del pasado.
El guión hace pié fuertamente en ese vínculo y en los diálogos entre ellos -eficaces, chispeantes, inteligentes, naturales- y cuenta para ésto con dos intérpretes de lujo que supieron encontrar la cuerda exacta para cada una de sus criaturas.
Tanto Mc Gregor (nuevamente en un rol que lo pone dentro de sus grandes trabajos como "El gran Pez", "El escritor oculto" o "El sueño de Cassandra") como Plummer están estupendos y se sacan chispas en las escenas que aparecen juntos en pantalla, sobre todo Plummer en un papel completamente diferente en su carrera y que pudiendo dar lugar a la exageración o a pasarse del límite, todo por el contrario, encuentra la forma de dotarlo sutileza y de acompañarlo con detalles que van cincelando el personaje.
Y Mike Mills sabe sacarles provecho a cada uno de los personajes creando una comedia dramática con una temática no tan usual y que aborda los lazos familiares y afectivos desde puntos de vista diferentes.
Una lástima que no se haya podido disfrutar en cines, pero al menos sería bueno que se animen a disfrutarlo en la tranquilidad de casa.