viernes, 25 de septiembre de 2009

El auténtico decante

"Antichrist" de LArs Von Trier
de Charlotee Gainsbourg y Williem Dafoe

Lamentablemente fue una completa desilusión. Lars Von Trier, quien generó un movimiento tan interesante como el Dogma Danés, queda entrampado en un universo complejo, inasequible, absolutamente violento y sin sentido.

El prólogo de "Anticristo" presenta las imgenes de un accidente doméstico en donde la pareja protagónica pierde a su hijo. Ya Von Trier presenta el hecho con una mezcla de morbosidad al narrar en cámara lenta esa muerte, mientras la pareja recorre toda la casa haciendo el amor desenfrenadamente, con pequeñas escenas de sexo explícito que hace pensar que el resto del filme será algo perturbador pero el planteo era sumamente interesante.


Sólo quedará el planteo: Él -Williem Dafoe- es psicólogo y cree que será el único que puede ayudar a su esposa a superar ese evento y aplicará sus técnicas terapéuticas en su casa de campo llamada Edén. Allí se mezclan como en un cóctel sin sentido: diálogos insustanciales, representaciones de los miedos internos por medio de animales -mayoritariamente mutilados- que aparecen en el bosque, situaciones sumamente violentas al borde de lo insostenible y sexo explícito y violento, incluido.

La heroína de "Anticristo" es Charlotte Gainsbourg ("Mi mujer es una actriz" "La ciencia del sueño" "I'm not there") y así como todas sus otras heroínas sufren la humillación y el descenso a los infiernos al que Von Trier lleva a cada una de ellas (imposible olvidarse de Emily Watson en "Contra Viento y Marea", a Bjork en "Bailarina en la Oscuridad", Nicole Kidman en "Dogville" o Bryce Dallas Howard en "Manderlay"), es obvio que ella no será la excepción a la regla y la somete a ciertas escenas que a mi gusto, bordean lo ridículo. Y allá van Charlotte y Williem tratando de cumplir su cometido con la mayor dignidad posible.
A diferencia de las obras anteriores, todas ellas siempre jugando con el borde y la locura, "Anticristo" se presenta como demasiado vacía para tanta pretensión, demasiado simbólica y oscura. Demasiado impenetrable y al mismo tiempo sumamente efectista en su violencia y en su forma explícita de contar algunas situaciones.

Un paso atrás en la filmografía de Von Trier -y bien grande, posterior a una fallida comedia "The Boss of it all" que no se estrenó en Argentina- al que seguramente algunos quieran encontrarle intricadas explicaciones. El argumento es prácticamente inexistente, un desarrollo vacío que sólo es utilizado de vehículo para expresar su parte más sádica en la pantalla. Olvidable por completo.

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