de Marcelo Piñeyro
basado en la novela homónima de Claudia Piñeiro, ganadora del Premio Clarin de Novela 2005
con Pablo Echarri, Leonardo Sbaraglia, Gabriela Toscano, Ernesto Alterio, Gloria Carrá, Juana Viale, Ana Celentano, Juan Diego Botto y elenco
En la reconstrucción de cada una de sus historias personales, más una cuarta historia -otro compañero de grupo que no terminó en la pileta casi de casualidad (?)-, la transposición cinematográfica de la exitosa novela de Claudia Piñeiro es casi la excusa para la pintura de una clase social alta viviendo en una especie de irrealidad social, encerrados en el country, como una burbuja de lujo insustentable para una clase completamente fracturada en pleno Diciembre de 2001.
En la presentación inicial de los personajes, la película logra interesarnos pero avanzando en la historia, sólo sostenidos por diálogos superficiales y algo vacíos, los personajes parecen circular por la película de una forma unidimensional. Como una simple carta de presentación, sin profundizar en ninguno de sus conflictos y sus motivaciones, flotan en una superficie discursiva -todo demasiado explicado en palabras sin apelar a una forma más cinematográfica de mostrar las situaciones- que hace perder el interés inicial.
El otro punto flojo de la película son las actuaciones sumamenete heterogéneas: el grupo femenino cuenta con las apariciones exasperadas de Gloria Carrá que contrastan fuertemente con la seneridad impostada de Ana Celentano, ubicándose en su papel solamente Gabriela Toscano con la ductilidad y el oficio que demuestra en cada uno de sus trabajos. Capítulo aparte es el trabajo de Juana Viale, un personaje al que realmente se le podía sacar mucho provecho pero que en manos de ella es completamente increíble e insostenible.
En el plantel masculino las actuaciones son mucho más parejas en su rendimiento aunque es una pena que el papel de Leonardo Sbaraglia haya quedado tan desdibujado desde el guión, con algunas apariciones "fantasmáticas", sin ningún tipo de continuidad dramática. Echarri, Botto y Alterio cubren con muchísimo oficio cada uno de sus personajes.
Paralelamente, se cuenta la historia de dos adolescentes, generación que denuncia más fuertemente la abúlica vida de country y que son los que más reniegan de ese lugar idílico y artificial impuesto por sus padres. Si bien no logra transmitir el protagonismo que tenía en el libro, ese hilo conductor paralelo a la historia se encuentra bien resuelto aunque sin lograr coherencia con el resto de la trama.
El director de "Tango feroz", "Plata quemada" y "Kamchatka" no logra encontrar el tono ideal para manejar las historias, generando un film desparejo y sólo interesante de a ratos, muy a mitad de camino y solamente con rubros técnicos sobresalientes.