jueves, 25 de agosto de 2011

La inquilina que dio el mal paso...

"Invasion a la privacidad"
("The resident") tambien circula como "La victima perfecta"
de Antti Jokinen
con Hilary Swank, Jeffrey Dean Morgan, Christopher LeeLee Pace

 
 
 
Tras un reciente divorcio la doctora Juliet Devereau (Hilary Swank) logra cerrar una oferta increíblemente conveniente por un hermoso departamento en Brooklyn. El lugar es sumamente cómodo y espacioso y mucho mejor que todas las otras propuestas a las cuales había podido acceder.
Pareciera que tras ese momento duro del divorcio, las cosas comenzaran a encaminarse para Juliet.
 
No pasará mucho tiempo cuando a la incomodidad normal de comenzar a vivir en un lugar nuevo, se le sumen ciertos ruidos y situaciones que le hacen pensar que no está sola en la casa, que es evidente que está siendo observada u acosada.
 
Mientras su ex marido trata por todos los medios de volver a recuperarla, el dueño del departamento que alquila, Max (Jeffrey Dean Morgan quien ya habia compartido cartel con Swank en "P.S. I love you" y fue el protagonista de "Watchmen" y "Marido por accidente" junto a Uma Thurman) comienza a entrablar una relación amorosa con ella.
 
Durante la primer parte en la presentación de los personajes, el guión comienza a crear climas de muy buen suspenso. La trama se completa cuando a partir de un cierto detalle, se "rebobina" la historia para ir aportando datos a las situaciones ya vistas por el espectador que aportarán mayor cantidad de datos y cerrarán aún más el rompecabezas sobre la historia de los personajes principales.
 
Ya sobre la segunda mitad el tema de la mujer acosada en el departamento en donde vive sola, comienza a sufrir una acumulación de lugares comunes y situaciones ya vistas en otras películas que van perjudicando la calidad y la tensión del relato en general.
Si bien hay una muy buena factura técnica y la trama reparte algunos golpes de suspenso bien dosificados, "Invasión a la Privacidad" -traducción demasiado libre y poco feliz, de un título original mucho más acertado como el de "The Resident/El residente"- no aporta demasiado a un cine de género demasiado visitado sin que en este caso se puedan profundizar en aspectos nuevos o sorpresivos, sino por el contrario, todo se va tornando demasiado previsible. 
 
El plato fuerte de la película es otra muy buena composición de Hilary Swank (dos veces ganadora del Oscar por "Los muchachos no lloran" y "Millon dollar Baby") quien transmite realmente desesperación y tensión en los momentos precisos. Hay una escena en particular donde la protagonista descubre el secreto de lo que está sucediendo y comienza a llorar contenidamente frente a su computadora que es una excelente muestra del talento de Swank para componer cualquier papel.
En este caso la acompañan Dean Morgan en un personaje bastante más oscuro de los que generalmente les toca en suerte componer, mostrando una faceta distinta y Vincent Price en un papel de reparto que suma puntos a favor de la película.
 
 
Sobre el final, "Invasión a la privacidad" que venia manejando un tono de suspenso con dosis de voyeurismo, perversión sexual y enfermiza que roza algunos momentos en un tono Hitchcockiano no logra encontrar una resolución a la altura del planteo inicial del film.
Un cierre imperdonablemente previsible y poco original, naufrangando en las aguas de lo más convencional que tenían a mano, hace que una trama que ayudada con las actuaciones de muy buen nivel, hubiese podido alcanzar puntos más interesantes, deje como resultado una simple película para pasar el rato y verla en casa desde la comodidad del sillón del living.
 

jueves, 11 de agosto de 2011

Las aguas bajan turbias

"Aguas turbulentas"
de Erik Poppe
con Pal Hagen Valheim Sverre, Trine Dyrhol, Ellen Dorrit Petersen y Fredrik Grondahl

Jan sale de prisión luego de cumplir su condena.  Tenemos pocos datos, sólo que ahora parece tener una segunda oportunidad para dedicarse a su música como organista en una iglesia, un lugar de por si vinculado con una mirada más bondadosa a su reinserción en la sociedad.
Con una  delicadeza admirable para irse metiendo en terreno farragoso, el guión nos va abriendo lentamente una ventana a su pasado por medio de flashbacks y de pequeños datos para ir armando el rompecabezas.

No solamente se desarrolla como profesional sino que además encuentra en Anna, una madre soltera que forma parte de la Iglesia, su posibilidad de recomponer también su vida en el terreno afectivo.

También a ella le dará muy poca información de su "vida anterior". Pero en algún momento el pasado vuelve a precipitarse sobre su vida: Agnès, llega a esta iglesia en una visita escolar junto a sus alumnos. Ella reconoce a Jan como el joven que fue condenado por un asesinato de su hijo.

Ganadora del premio del Jurado y Premio del Público dle Festival de Hamptons y de los Canon Awards en el Festival de Cine de Noruega,  "Aguas turbulentas" habla nuevamente de la madurez con la que el cine escandinavo -con tanta reticencia por parte de la distribución en nuestro pais- aborda temas delicados, mostrando un alto nivel de compromiso en su narrativa.

Tan fuerte en su impacto musical con una banda de sonido impecable, como en sus silencios que transmiten emociones profundas el guión se mantiene atento de no tomar partido en la delgada linea del perdón, la culpa, el fantasma del pasado, el olvido, la memoria y la redención.
Para cumplir con su objetivo, la historia está contada de forma abiertamente cruda, sin golpes bajos, pero con una sequedad y una sinceridad penetrante. Victimas y victimarios necesitan que sus voces sean escuchadas, las dos puntas de una misma trama empiezan a confundirse porque no es tan fácil tomar partido, máxime desconociendo las pulsiones que llevaron a cada uno de los protagonistas a  vivir lo sucedido.



Poppe maneja perfectamente los hilos de cada uno de los personajes, los expone emocionalmente a un proceso tan doloroso como noblemente contado, de forma tal que el espectador se identifique en momentos diferentes con cada uno de ellos tratando de poner un manto de compresión a cada una de las motivaciones que los habitan. El guìón construye la trama en tres momentos diferentes, el primero de ellos desde el punto de vista de Jan, luego recorre la mirada de Agnes, para enfrentarlos en el tramo final donde la historia ya se ha entrecruzado.

Con un cine que respira inevitablemente la impronta de los movimientos de Lars Von Trier y su dogma, como del cine de Vinterberg, Erik Poppe elige trazar un peregrinaje desde el dolor a la liberación, de la culpa a la redención desatando escenas intensas y potentes brillantemente jugadas por Pål Sverre Valheim Hagen como Jan y Trine Dyrhol como Agnes que brindan dos soberbias interpretaciones.

domingo, 7 de agosto de 2011

Calles de fuego

"Exit through the gift shop"
documental de Bansky
Narrado por Rhys Ifans con la participación de Banksy Thierry Guetta

 
Para quienes conocen, como yo, muy poco sobre el mundo del arte urbano, el graffiti y los artistas callejeros en general, no podrán más que quedar profundamente cautivados con la interesante manera de narrar la historia que "Exit through the gift shop" quiere contarnos y por supuesto, con lo que vaya desplegándose frente a nuestros ojos.
 
El documental narra, paralelamente, dos lineas "argumentales".
Por un lado la historia de Thierry Guetta, un francés "bohemio", con la absoluta locura de filmar todos los acontecimientos de su vida (a partir de una traumática situación familiar que se irá develando a lo largo del documental), con el objetivo de atesorar todos esos momentos, capturándolos con su cámara.
Se transforma obsesivamente en un documentalista espontáneo de su propia vida, y desbordado por la pasión de filmarlo todo, casi sin proponérselo, aparece la posibilidad de comenzar a registrar un mundo absolutamente desconocido para él cuando se encuentra con diferentes manifestaciones artísticas que suceden en las calles.
 
Es así como comienza a entremezclarse con los principales gestores de ese movimiento, el que no solamente está impregnado de una profunda creatividad, talento y desborde de energía, sino también de una clandestinidad, ilegalidad y peligro a flor de piel.
Ambos costados atraen a Guetta por igual, quien como arrojado a un espiral enloquecedor, queda completamente atraido y capturado por esta nueva forma de expresión y de arte.
 
Con la burda excusa de estar filmando un documental sobre este tema (y aquí es donde el documental de Bansky empieza a abrir como un juego de cajas una dentro de la otra), Guetta comienza a regitrar pormenorizadamente cada movimiento dentro del proceso -incluso en los momentos de mayor peligro-. 

Casi sin quererlo, comienza a vincularse con los artistas más sobresalientes del medio, gestándose una obsesión por tratar de contactar al más famoso de ellos, justamente Bansky, quien era enormemente conocido y reconocido por su obra, pero que prácticamente nadie había tenido la posibilidad de conocer en persona. 
 
Aquí se abre la segunda linea del documental porque es justamente Banksy, el artista callejero más top del momento, el que abre e inicia la narración de esta historia que traza el documental, adentrándonos en su propia historia y en su vínculo con Guetta.
 
Ambas corrientes se entrecruzan, fluyen y van creando un misterio alrededor de este vínculo que los une/unió a esos dos personajes. Una vez que se produzca el choque de estas dos "potencias", se comenzará a contar otra historia, donde el documental profundiza sobre el mercado del arte, sobre la creación de fenómenos artísticos y comerciales, sobre el valor que tiene o puede tener cada una de esas obras y la búsqueda de notoriedad y fama dentro del medio.
 

Aún en sus 90 minutos que nos dejan con ganas de ver mucho pero mucho más, "Exit through the gift shop" se las ingenia hábilmente para que encontremos por partes iguales una historia interesante, un movimiento artístico al que descubrir y admirar -aunque uno ya lo conozca en cierta forma, redescubrirlo en toda su dimensión sería la tarea- y una profunda reflexión sobre el arte, la creación y el vandalismo, el borde de la ilegalidad en la creación y subrayar por sobre todo, el poder del público, de los medios y de la sociedad en general de fabricar y modelar sus propios íconos y las figuras del momento.

La mirada apasionante y descarnada sobre ese mundo, el impiadoso análisis de cuáles son los límites y códigos a romper en el ascenso meteórico de cualquier artista del medio y las distintas obsesiones personales, se ven plasmadas mediante un relato contundente y atractivo.

Ya desde su título, se ironiza sobre el acento que termina teniendo lo comercial sobre lo artístico, lo efímero del arte por el arte mismo, la mercantilización al extremo de una expresión que se supone libre, callejera y contestataria del propio sistema, construyéndose como uno de los testimonios documentales más interesantes y compactos de este último tiempo. 


 
Los dejo con una pequeña muestra del enorme talento de Bansky, para los que aún no lo conocen...