lunes, 21 de diciembre de 2009

Cuanta' mina que tuve... cuanta' mina que tuve...

"La historia completa de mis fracasos sexuales"
un film de Chris Waitt




La idea, es a priori, orginal, o al menos la manera en que el director Chris Waitt la encara. Tras ser dejado una vez más por su última novia, intenta de alguna manera reconstituir las razones por las que ha sido ininterrumpidamente abandonado por sus novias. Surge entonces la idea de hacer un listado e irlas contactando para establecer una entrevista con ellas, en donde él intentará lidiar con sus zonas más fallidas.

Y esa búsqueda de sus ex-novias da lugar a situaciones divertidas y otras narradas con un tono más serio sin dejar de lado el humor que atraviesa toda la película.

En un reportaje que le hicieron al director con motivo del estreno de la película, C. Waitt comenta: "Posiblemente era demasiado optimista a la hora de pensar lo contentas que iban a estar mis ex-novías de volver a verme. El proceso fue tremendamente doloroso y humillante para casi todos los implicados. Además, temas que yo no me había propuesto tratar en la película, comenzaron a aparecer. Espero que mi humillación y miseria sean una fuente de entretenimiento y placer para todos aquellos que vean la película

Y en estas lineas, resume perfectamente el sentido de la pelicula. Un personaje que se construye asimismo desde una imagen de perdedor tan emparentada con las clásicas confesiones de Woody Allen a cámara en la mayorá de sus peliculas, con algunos trazos de los personajes de Wes Anderson (sobre todo el protagonista de "Tres son Multitud-Rushmore") y con mucho de "Alta Fidelidad". Waitt va escribiendo una especie de manual de autoayuda para reconstruir sus relaciones afectivas apelando a diversos registros desde el humor más sutil e irónico hasta el de trazo más grueso, humor absurdo y algunas escenas que bordean lo escatológico. Pero una vez internados en el universo "looser" de Waitt, todas ellas tienen sentido y hacen al curso de la trama.

En donde más logra crecer, es cuando se despega un poco de la comedia y puede ejercitar algunos tramos más intimistas, con un tono confesional sin perder la frescura y el desparpajo con el que logra tocar muchos temas: la pareja, la soledad, el fracaso, el sexo y tantos otros tópicos vinculados con las relaciones afectivas.

Todo el tiempo está presente en su relato, la necesidad incesante en la búsqueda del amor, el reencuentro con aquellas parejas que significaron algo en cada (su) historia. Y en  esos momentos más serios, en donde el director  se juega a desnudar su interior, vemos la mutación donde se despide del adolescente y le da la bienvenida al jóven que Waitt ya es. O quiere ser.

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