lunes, 7 de diciembre de 2009

Lo que Nora se llevó



"Cinco dias sin Nora"
guión y dirección: Mariana Chenillo
con Fernando Luján, Ari Brickman, Angélica Pelaez y Verónica Langer

Hay películas que enamoran a uno desde los primeros minutos.
Y "Cinco días sin Nora" es evidentemente una de ella.

Una vez vista, me explico perfectamente porque en el Festival de Mar del Plata no solamente se llevó el Premio más importante, sino también porqué fue la única película que agotaba las entradas muchas horas antes de que comenzara la función.
Esta película mejicana, enamora al público, a la crítica y al Jurado de los Festivales por igual, porque trata sencillamente de temas universales, sin grandilocuencias ni recursos impostados. Va directo al corazón.

La historia, es simple: Nora, después de 14 intentos de suicidio, logra su cometido dejando además un minucioso plan para que José, su ex-esposo, siga con rigor su velorio. No es un detalle menor el hecho de que Nora es judía y logra suicidarse en plena festividad de Pesaj, razón por la cual no solamente habrá que esperar que venga su hijo para enterrarla sino que habrá que dejar pasar las festividades. Y por el rito judío será muy dificil cumplirlo, cuando todos se enteren de que no ha sido muerte natural...
Como adicional, una foto olvidada debajo de la cama hará descubrir a su ex-marido un secreto que mueve sentimientos aún después de tantos años de separación.

Lo que cautiva es la sencillez con la que está contada la historia. La facilidad con la que logra incorporar temas como la religión, el amor, la familia, los vínculos entre padres e hijos, la muerte y tantos otros, es el valor agregado de este guión delicioso que construye la directora Mariana Chenillo, el que está permanentemente atravesado por una alta dosis de humor negro que logra los momentos de comedia más notables.

Y todo se potencia por un brillante tour-de-force actoral de Fernando Luján -José, el protagonista de la historia-. Un  personaje totalmente cínico, cascarrabias, lo que hoy se diría "un políticamente incorrecto" a todo nivel (come pizza en pleno Pesaj y se la convida al rabino, para sacarse al cadáver de su mujer de encima no escatimará ningún tipo de esfuerzos y sostiene desde su más fina ironía que "Pero por favor, Dios no existe!" en su charla con el ayudante del rabino). Pero Luján le saca el mayor de los provechos logra momentos sutiles, emotivos, nos transmite una diversidad de matices tan sólo a veces con su mirada.

Sobre todo en la segunda mitad, cuando la película logra anclar y profundizar en esa historia de amor y desamor que unió con tanta fuerza a estos dos seres que aún separados no han logrado olvidarse nunca, la historia gana en fuerza y en interés, demostrando que Chenillo pudo abordar esta pequeña gran historia no solamente desde un costado de comedia sino dejarnos fluir en una historia sencilla y profunda, inmensamente entrañable.
De esas películas que siguen latiendo en uno, mucho, pero mucho tiempo más después de terminada la historia. De lo mejor del año, sin lugar a dudas.

No hay comentarios: