de James L. Brooks
con Reese Witherspoon, Owen Wilson, Paul Rudd y Jack Nicholson
Con sólo ver el afiche de la nueva comedia de James L. Brooks, dan muchas ganas de ver la química que despliega semejante elenco en acción.
Pero parece mentira que un escritor como él (si, James L. Brooks es uno de los guionistas de "Los Simpsons" y de películas como "Detrás de las Noticias" o "Mejor...imposible") no haya encontrado en absoluto el timing correcto para una comedia romántica que desde el guión tiene aspiraciones a un poco más que simplemente resolver un clásico "triángulo" amoroso.
Tanto el tema de la embarazada (cuya escena cuando la van a visitar al hospital es completamente accesoria, ridícula y no conduce a nada), como los devaneos de la protagonista entre su novio ocasional (Owen Wilson) y la posibilidad de ser más que amigos con George (Paul Rudd) que se reiteran y se exceden en palabras vacías antes que irmás concretamente a la acción, hacen que a la comedia le falte ritmo para hacerse llevadera y tampoco logra que alguna de las otras subtramas que abre, intentando ser más profunda, lleguen a buen puerto: a todas les falta "sustancia".
Más cerca del fracaso que fue "Dispuesto a todo" con Nick Nolte o la irregular "Spanglish", esta nueva película de Brooks no encuentra el rumbo en casi ningún momento y sólo levanta apenas el nivel cuando aparece Jack Nicholson en pantalla.
La pareja de Rudd y Witherspoon tiene cierto encanto que logran explotar, pero los mohines actorales, llenos de sonrisitas, muecas y miraditas infantiles hacen que algunas escenas se tornen francamente insoportables.
Es evidente que entre Wilson y Witherspoon por más esfuerzos que hagan porque el papel suene creíble, la pareja no tiene la menor credibilidad cuando están juntos en la pantalla. Ella es sumamente aniñada para que un hombre de la noche como él, intente redimirse de su mundo descalibrado. Opuesto a eso, el guión lo deja a Rudd lleno de vacilaciones, miles de palabras y vueltas y reencuentros para terminar diciendo siempre lo mismo y girando alrededor del mismo tema.
En tiempos del sexo casual y las relaciones pasajeras, James L. Brooks intenta preguntarse "Cómo saber si es amor?" en oposición a la búsqueda del amor verdadero, duradero, ante tanta relación fugaz y poco comprometida.
Pero confunde con tantos ingredientes verbales y tantas impresiciones, tantas idas y vueltas que si realmente el amor es asi, aburre aún mucho antes de empezar.
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