jueves, 31 de diciembre de 2009

Tokyo Blues

"Mapa de los sonidos de Tokio"
de Isabel Croixet
con Sergi Lopez y Rinko Kikuchi

Ryu (Rinko Kikuchi, de "Babel") tiene una doble vida: trabaja en una fábrica de pescado y esporádicamente tiene encargos como asesina a sueldo. Su próximo trabajo será asesinar a David (Sergi Lopez, de "El cielo abierto" "El laberinto del Fauno" y la próxima a estrenarse "Ricky" de François Ozon).
Contratada por un poderoso empresario que pretende vengar el suicidio de su hija, sentimentalmente involucrada con David, y contra todos los pronósticos, Ryu se sentirá sexualmente atraída por David y esta historia pasional se contrapondrá con su objetivo de asesinarlo.

Isabel Croixet, lejos del registro dramático de su debut como directora en "Mi vida sin mi" o de su segunda película "La vida secreta de las palabras", intenta sumergirse en otro estilo narrativo completamente diferente: una historia de amor fou con un intenso componente de erotismo y perversión que se entremezcla con una estructura más clásica de thriller con tintes trágicos.

Y en este intento, el film de Croixet tiene casi en las mismas proporciones aciertos y tropiezos.
Como aciertos pueden apuntarse el enigmático marco que da a la historia, el hecho de que esté filmada en la ciudad de Tokyo. A nivel guión,  es bunea la idea de la narración de toda la historia desde la mirada de un tercero -un anciano ingeniero de sonido que entrabla amistad con Ryu-, testigo de los hechos y el interés que despierta una historia de pasión "prohibida".



Pero el problema fundamental que no logra revertir es la falta de química entre la pareja protagónica ue sólo logra en algunos momentos transmitir  la fuerza arrolladora de la pasión que sienten-. Sobre todo Rinko Kikuchi, no logra en absoluto potenciar el erotismo de su personaje, fuerza que por ejemplo tienen los personajes de Won Kar-Wai (como en "Con Animo de Amar" o "2046"), por nombrar algún exponente del cine oriental al que tangencialmente Croixet intenta referenciar.
No logra explotar tampoco, la fascinación que produce Tokio como ciudad exótica, limitándola al marco geográfico de referencia de esta historia, pero sin aprovecharla en su totalidad.

Sergi Lopez logra un trabajo correcto, siempre con la dificultad de manejar un idioma que le quita plasticidad -en un diálogo del film se burla de si mismo diciendo que los españoles no son buenos para los idiomas- y ese miscast de Kikuchi hace que se pierda gran parte de la credibilidad de la historia.

Sin embargo, "Mapa de los sonidos de Tokio" no deja de ser una película interesante, mostrando otra faceta para la filmografía de Croixet y porque aún con sus altibajos, logra puntos de interés.

lunes, 28 de diciembre de 2009

El buen cine español faltó a la cita


"8 citas"
Opera prima de Peris Romano y Rodrigo Sorogoyen
con Adriana Ozores, Migel Angel Solá, Belén Rueda, Jordi Vilches y Fernando Tejero

Más que un largometraje, "8 Citas" es la reunión de 8 cortometrajes de 10 minutos aproximadamente cada uno, en torno a distintos momentos del amor y de las parejas. Encuentros y desencuentros.

Y como en toda película de episodios, siempre hay algunos que se destacan por sobre los otros.
Sin embargo, el principal problema que aparece en "8 Citas" es que casi ningún episodio gana en interés por sobre los demás, ya que ninguno logra despegar de una mediocridad general que sobrevuela el guión, con situaciones que, en ragos generales, no logran captar un interés narrativo.

Si hubiese que elegir uno de ellos, el más interesante es uno sobre los celos, bajo el título "Recuerda. Siempre hubo alguien antes que tú: su ex".
El reencuentro del capítulo final de una pareja que no se ve hace más de 20 años, "Bien está lo que bien acaba" gana por sobre el resto, sobre todo por la actuación de Belen Rueda ("Mar Adentro" "El orfanato"). Aunque este reencuentro se produce en el marco de un funeral, dónde se convoca a casi todos los personajes de las otras historias, forzando un cruce que no tiene ningún sentido argumental y queda como un "implante" para justificar, muy sobre el final de la película, algún punto en común entre ellas.

El resto de las historias tienen que lidiar con situaciones totalmente olvidables, e incluso en algunas de ellas los directores intentan forzar algún rasgo de comicidad que desentona con el resto, y es justamente donde tiene el mayor desnivel.

Hay buenos actores (Adriana Ozores, Miguel Angel Solá, y Raúl Arévalo que también aparece en el capìtulo final) pero con textos sumamente débiles generando un pasatiempo demasiado inconsistente, sobre un tema del que se ha hablado, filmado y contado ya muchísimo, con mucha más creatividad o profufdidad de las que pudieron desplegarse en estas "8 citas".

lunes, 21 de diciembre de 2009

Cuanta' mina que tuve... cuanta' mina que tuve...

"La historia completa de mis fracasos sexuales"
un film de Chris Waitt




La idea, es a priori, orginal, o al menos la manera en que el director Chris Waitt la encara. Tras ser dejado una vez más por su última novia, intenta de alguna manera reconstituir las razones por las que ha sido ininterrumpidamente abandonado por sus novias. Surge entonces la idea de hacer un listado e irlas contactando para establecer una entrevista con ellas, en donde él intentará lidiar con sus zonas más fallidas.

Y esa búsqueda de sus ex-novias da lugar a situaciones divertidas y otras narradas con un tono más serio sin dejar de lado el humor que atraviesa toda la película.

En un reportaje que le hicieron al director con motivo del estreno de la película, C. Waitt comenta: "Posiblemente era demasiado optimista a la hora de pensar lo contentas que iban a estar mis ex-novías de volver a verme. El proceso fue tremendamente doloroso y humillante para casi todos los implicados. Además, temas que yo no me había propuesto tratar en la película, comenzaron a aparecer. Espero que mi humillación y miseria sean una fuente de entretenimiento y placer para todos aquellos que vean la película

Y en estas lineas, resume perfectamente el sentido de la pelicula. Un personaje que se construye asimismo desde una imagen de perdedor tan emparentada con las clásicas confesiones de Woody Allen a cámara en la mayorá de sus peliculas, con algunos trazos de los personajes de Wes Anderson (sobre todo el protagonista de "Tres son Multitud-Rushmore") y con mucho de "Alta Fidelidad". Waitt va escribiendo una especie de manual de autoayuda para reconstruir sus relaciones afectivas apelando a diversos registros desde el humor más sutil e irónico hasta el de trazo más grueso, humor absurdo y algunas escenas que bordean lo escatológico. Pero una vez internados en el universo "looser" de Waitt, todas ellas tienen sentido y hacen al curso de la trama.

En donde más logra crecer, es cuando se despega un poco de la comedia y puede ejercitar algunos tramos más intimistas, con un tono confesional sin perder la frescura y el desparpajo con el que logra tocar muchos temas: la pareja, la soledad, el fracaso, el sexo y tantos otros tópicos vinculados con las relaciones afectivas.

Todo el tiempo está presente en su relato, la necesidad incesante en la búsqueda del amor, el reencuentro con aquellas parejas que significaron algo en cada (su) historia. Y en  esos momentos más serios, en donde el director  se juega a desnudar su interior, vemos la mutación donde se despide del adolescente y le da la bienvenida al jóven que Waitt ya es. O quiere ser.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Cantando l@s ochenta....

"Young @ Heart"
documental dirigido por Stephen Walker

El público aplaude de pie, grita, pide bis, el teatro se viene abajo en un aplauso cerrado.
Uno se pregunta: vinieron Los Rollings? Están ovacionando al último cantante latino de moda? Están tocando los Sex Pistols?  Hay rock en el aire.... pero no es justamente una banda de rock la que sacude las butacas.

El que invade el ambiente, el que arrasa la energía de un teatro con localidades completamente agotadas y un público que no para de brindarles un aplauso agradecido, es un coro de 24 deliciosos "miembros de la tercera edad", de entre 73 y 96 años.
Aman la música clásica como admiten en sus entrevistas personales, pero el director del coro, Bob Cilman, apuesta a más, los lleva al límite, los incita a apasionarse y les hace hervir la sangre rockera con versiones de Talking Heads, Coldplay, Radiohead hasta lograr un trabajo insólitamente delicioso.

La cámara de Walker los sigue durante las siete semanas previas a una serie de recitales. Intercala a esos ensayos, entrevistas a los miembros del coro, a la familia de algunos de ellos,  compartiendo sus vivencias personales, ensayos de canciones que han convertido en hits  junto con otras totalemente nuevas para el grupo, que el director les irá sugiriendo. La resistencia inicial, la entrega que brota de cada uno de ellos, la importancia que tiene cada ensayo y el coro mismo en sus vidas, la rigurosidad de su trabajo, el estímulo preciso que les imprime el director en forma personalizada.. todo esto hace que la duración de este brillante documental parezca efímera, brevísima y uno se quede con ganas de más y más.

Las interpretaciones de "Fix You" de Coldplay, "Forever Young" de Dylan en un concierto que brindan en una cárcel ante la conmovedora mirada de los convictos -preparen los pañuelos!-, "Yes we can" cantada con una fuerza arrolladora y también el buen humor y ritmo de "I feel good", hacen de esta lección de vida uno de los documentales más entrañables e imprescindibles de ver.
Completan esta exquisita experiencia video clips filmados por el grupo y fragmentos de conciertos en vivo.

Absolutamente imperdible, una experiencia conmovedora que nos ilumina por dentro. Nos modifica. Gracias Totales !!


lunes, 7 de diciembre de 2009

Lo que Nora se llevó



"Cinco dias sin Nora"
guión y dirección: Mariana Chenillo
con Fernando Luján, Ari Brickman, Angélica Pelaez y Verónica Langer

Hay películas que enamoran a uno desde los primeros minutos.
Y "Cinco días sin Nora" es evidentemente una de ella.

Una vez vista, me explico perfectamente porque en el Festival de Mar del Plata no solamente se llevó el Premio más importante, sino también porqué fue la única película que agotaba las entradas muchas horas antes de que comenzara la función.
Esta película mejicana, enamora al público, a la crítica y al Jurado de los Festivales por igual, porque trata sencillamente de temas universales, sin grandilocuencias ni recursos impostados. Va directo al corazón.

La historia, es simple: Nora, después de 14 intentos de suicidio, logra su cometido dejando además un minucioso plan para que José, su ex-esposo, siga con rigor su velorio. No es un detalle menor el hecho de que Nora es judía y logra suicidarse en plena festividad de Pesaj, razón por la cual no solamente habrá que esperar que venga su hijo para enterrarla sino que habrá que dejar pasar las festividades. Y por el rito judío será muy dificil cumplirlo, cuando todos se enteren de que no ha sido muerte natural...
Como adicional, una foto olvidada debajo de la cama hará descubrir a su ex-marido un secreto que mueve sentimientos aún después de tantos años de separación.

Lo que cautiva es la sencillez con la que está contada la historia. La facilidad con la que logra incorporar temas como la religión, el amor, la familia, los vínculos entre padres e hijos, la muerte y tantos otros, es el valor agregado de este guión delicioso que construye la directora Mariana Chenillo, el que está permanentemente atravesado por una alta dosis de humor negro que logra los momentos de comedia más notables.

Y todo se potencia por un brillante tour-de-force actoral de Fernando Luján -José, el protagonista de la historia-. Un  personaje totalmente cínico, cascarrabias, lo que hoy se diría "un políticamente incorrecto" a todo nivel (come pizza en pleno Pesaj y se la convida al rabino, para sacarse al cadáver de su mujer de encima no escatimará ningún tipo de esfuerzos y sostiene desde su más fina ironía que "Pero por favor, Dios no existe!" en su charla con el ayudante del rabino). Pero Luján le saca el mayor de los provechos logra momentos sutiles, emotivos, nos transmite una diversidad de matices tan sólo a veces con su mirada.

Sobre todo en la segunda mitad, cuando la película logra anclar y profundizar en esa historia de amor y desamor que unió con tanta fuerza a estos dos seres que aún separados no han logrado olvidarse nunca, la historia gana en fuerza y en interés, demostrando que Chenillo pudo abordar esta pequeña gran historia no solamente desde un costado de comedia sino dejarnos fluir en una historia sencilla y profunda, inmensamente entrañable.
De esas películas que siguen latiendo en uno, mucho, pero mucho tiempo más después de terminada la historia. De lo mejor del año, sin lugar a dudas.