miércoles, 15 de diciembre de 2010

Usted preguntará porqué cantamos...

"El Último Aplauso"
un documental de Germán Kral
con Cristina de los Angeles, Inés Arce, Julio César Fernán, Omar Garré, Abel Frías y la Orquesta Típica Imperial

Complamente fuera de la concepción enciclopedista que hay todavía en algunos documentales, "El último aplauso" pertenece claramente a una nueva tendencia donde el mayor secreto de un documental, radica en  encontrar una buena historia para contar -por más pequeña que parezca- y dejar que la misma fluya dejando hacer a sus protagonistas.
Es así como "El último aplauso" sigue los pasos de un grupo de veteranos cantantes de tango que solían encontrarse en el famoso "Bar El Chino", en Pompeya, lugar que ya ha sido objeto de otra película nacional que mezclaba una pequeña ficción con el registro documental de lo que allí pasaba.
Ya completamente inmerso dentro del registro documental, ahora el director Germán Kral decide contarnos lo que sucedió con este grupo de cantantes cuando diferentes tragedias recaen sobre el mítico bar.  El dueño del bar, justamente "El Chino" que le daba su nombre, queda profundamente golpeado tras la muerte de su único hijo por una hepatitis. La tristeza de la partida tan inesperada de su hijo hace que en menos de 6 meses "El Chino" también fallezca, y eso acontecerá con el agravante que ya estamos en plena crisis económica del 2001. El bar, inexorablemente, comienza a perder el rumbro.


Con metraje filmado en el momento de mayor esplendor del lugar, a partir de 1999, la cámara sigue las vidas de un grupo de los cantantes habitués del lugar, pero principalmente se detiene en tres de ellos: Cristina de los Angeles, Inés Arce y Julio César Fernán -y de un cuarto que los acompaña hasta un cierto punto en la nueva proeza-.
Cerrado el Bar "El Chino"  y atravesando una de las peores crisis económicas de la historia, cada una de las vidas de estos personajes hará centro en la búsqueda de una nueva forma de subsistencia tanto económica como emocionalmente. Ellos quieren vivir de lo que ellos saben hacer, tienen fundamentalmente, las ganas de no dejar de cantar en ningún momento.

Ya sea en la calle Florida para turistas, en pequeños bares, en otros lugares, todos tratarán de seguir cantando, pero nada tendrá el sabor de sus experiencias en Bar "El Chino".
Hasta que Cristina de los Angeles, en la confitería Ideal, se cruce con la magnífica orquesta típica Imperial y reflote su proyecto personal junto con todo el grupo.

Cada historia se encuentra atravesada por la simpleza y la profundidad con que la cámara captura el alma de cada uno de estos cantantes que ponen el corazón en cada canción. Nos metemos en sus vidas, en sus historias, en su cotidianeidad, en su manera de pensar y de ver la vida y nos comparten anécdotas, situaciones y nos explican fudamentalmente, lo que significa para ellos el acto de cantar.

Lo que impacta, lo que llega es la fina sensibilidad con la que esta historia fue enhebrada y cuando lleguemos al final, pareciera que conocemos a estos personajes de toda la vida -deliciosa la escena donde Cristina de los Angeles habla de los amores de su vida, cuando Julio César está tomando mate con la madre y habla de las mujeres que conoció y sumamente emotiva cuando Inés Arce nos cuenta las vivencias de 60 años de matrimonio con su marido-. Sin vueltas, sin ningún tipo de artilugios, "El último aplauso" se mete de lleno en sus vidas y compartimos con ellos las vivencias de un nuevo proyecto.

Y como si seguir a estos personajes tan entrañables fuese poco, el documental se encuentra plagado de los tangos más tradicionales que todos conocemos, esos que forman parte de nuestro patrimonio cultural, cantados con el corazón, con todas las ganas. Fuerte ese aplauso!

lunes, 29 de noviembre de 2010

De madres e hijas.... a la francesa

"Mères et filles"
de Julie Lopes-Curval

con Caherine Deneuve, Marina Hands y Marie-Josée Croze

Alejada de su familia y viviendo en Canadá desde hace un buen tiempo,  Audrey (Marina Hands) visita casi misteriosamente a sus padres en lo que aparentemente son unas vacaciones.

Luego sabremos que Audrey no ha venido a la casa donde nació de manera azarosa, sino que tiene fuertes razones para recomponer lazos con su madre. Y mientras tanto, en esas semanas de vacaciones, ella vivirá en la casa que fue de su abuela, descubriendo un objeto que tiene fuertes implicancias con un pasado que aún no fue esclarecido.

Y allí el film entrelaza la historia actual entre Audrey y su madre, y entre su madre Martine (Catherine Deneuve) y su abuela.

Una historia fuerte porque siendo muy pequeños, la madre de Martine los ha abandonado sin mayores explicaciones y a partir de una especie de diario que durante su estadía Audrey ha encontrado, se desenvuelven viejos secretos y salen a la luz algunas verdades ocultas.

En un típico drama de lazos familiares, de madres e hijas como dice el título del film, Deneuve brilla una vez más como una madre que no sabe fácilmente demostrar sus sentimientos, que ha atravesado una historia difícil de abandono con su propia madre y que, aunque tiene todo lo que aparentemente quiere en su desarrollo profesional y social, no ha sabido empatizar en el vínculo con su hija, quien en estas vacaciones viene a despertar cosas muy dormidas en esa relación.
La figura de los padres (tanto el marido de Martine/Deneuve como su propio padre) son figuras contrapuestas que balancean la relación de estas mujeres: mientras que el marido de Deneuve tiene un papel más desdibujado, su padre ha tenido una imágen sumamente fuerte en su propia historia y fue determinante en el vínculo que ella misma ha tenido con su madre.

Lopez-Curval desde la dirección, logra una vez presentada la historia, permitirnos entrar y salir en el pasado y vincularlo con el presente gracias a un juego de situaciones y de imágenes sutilmente presentadas que son uno de los aciertos del film. Va sosteniendo un pequeño enigma a lo largo de toda la película, mostrando a estas tres mujeres haciendo frente a la maternidad en diversas épocas y momentos de la vida y con distintos sentimientos.

Un relato intimista, melancólico, bien sostenido por buenas actuaciones tanto de Deneuve como de sus dos compañeras de elenco: Marina Hands como su hija y la excelente Marie-Josée Crozé como su madre, que nos permite acercarnos a producción de una cinematografía como la francesa, gran ausente en las pantallas argentinas -excepto algunos esporádicos estrenos-, a la que se puede acceder por medio del DVD para ver nuevas realizaciones europeas con interesantes propuestas.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Vamos a la playa!

"Las playas de Agnes"
documental de Agnes Varda

Agnès Varda piensa que si pudiésemos abrir a cualquier persona como a una cajita de música, uno descubriría un paisaje. En su caso, ella misma dice que si abrimos a Agnès, descubriremos las playas.

Este autoretrato es a la vez un resumen autobiográfico de la extensa y exquisita carrera de la directora, mientras se abre como una propuesta lúdica, una especie de caleidoscopio, rompecabezas, muestrario de sus propias técnicas estéticas, usando no solamente el cine en si mismo, sino también abrevando de la fotografía, extractos de sus otros filmes y sus famosas instalaciones.
Cuadros, espejos, bricolage y decorados son utilizados por Varda para expresar cada parte de su obra y de su vida misma.

Ya desde el comienzo del film donde instala en una playa muchísimos espejos de distintas formas, colores y tamaños, algunos enterrados en la arena, otros bañados por el mar, el aire de nostalgia y de recuerdos invade el documental. A partir de esos espejos es que Agnès propone mirarse a si misma, evocar su vida y arrancar desde su infancia en un viaje en el que nos invita gentilmente a acompañarla.

Sus playas de la infancia en el mar del Norte -sus unica playas conocidas- y su adolescencia en las playas de Corniche en donde nos cuenta que vivía con su familia en un barco, comparte diversas anécdotas entrañables y que invitan a seguir el juego. El ingreso al universo de los hombres, su primer noche de libertad en una playa en Ajaccio y el gran amor de su vida Jacques Demy son otras de las facetas que nos va develando lentamente.
Su amor por la fotografía (interesantísimo el corto de "Ullyses" sobre una foto sacada a un hombre de espaldas, un niño y una cabra muerta en una playa, a la que vuelve más de 25 años después para ver qué fue de ese adulto desnudo en la playa y que fue de ese niño, a partir de esa simple fotografía), su posterior incursión en el famosísimo grupo de la Nouvelle Vague con "Cleo de 5 a 7" y la creación de su propia empresa de producción "Cinéma Tamaris" son algunos otros de los anclajes que va haciendo Agnès en las diferentes playas de su vida.


Sin duda alguna, el gran amor de su vida no puede faltar en "Las playas de Agnès". Completando el hermoso homenaje que hizo en vida a su marido Jacques Demy con la formidable "Jacquot de Nantes", documental-ficción hecho con un esquema similar al de este documental -aunque mucho més focalizado en la infancia y los sueños de Demy de ser un gran director de cine- ahora nos cuenta la historia de la construcción de ese filme, una gran especie de homenaje en sus últimos días, de espíritu de reunion familiar. Demy falleció exactamente diez días despuñes de finalizado el rodaje. Un hombre dotado, un realizador formidable y además, un amante de la pintura y de la música. Agnès se percibe enamoradísima de ese gran hombre, brindándole el tramo más sensible del film.

El interesante acercamiento a sus ultimos años en donde ha filmado documentales como "Mur-Murs", la mirada de los personajes de su ciudad en "Daguerrotypes", los cosechadores -cosechando en el campo, en la gran ciudad revolviendo la basura o ella misma como una cosechadora de imagenes para hacer sus películas- brillan en "Les glaneurs et la glaneuse" (vista en Buenos Aires, en un BAFICI) y "Les glaneurs et la glaneuse - dos años después" nos dan un panorama de los últimos años de su carrera, aún sumamente vital.

Ya desde las primera imágenes Varda nos prevenía en un tono casi confidencial el rol que ella tendría en el film "Yo actúo de una pequeña viejita que cuenta su vida" y durante este trayecto hipnótico la hemos visto atravesar el Sena, disfrazarse de papa sonora en la Bienal de Venecia, rodeada de su familia, de sus hijos y nieto, estar en el medio de una mina de carbón, evocar a sus queridos difuntos... ha compartido con todos nosotros sus pequeñas facetas y sus pintorescas anécdotas.

Luego, hacia el fin, una vez más nos invita a su playa más amada, su amor por el cine y se autocuestiona: "Qué es el cine?" "Es la luz que llega a alguna parte y es retenida por las imágenes, con más o menos sombra, con más o menos color...". Fuimos invitados a una fiesta sumamente particular, para conocer su mundo sutil, único y encantado. Hemos vivenciado sus recuerdos, que ha compartido con nostros durante las dos horas del film. Y uno no tiene más que agradecer haber sido invitado este hermoso festín  con el cine y porqué no, con la vida. Merci Agnès!

viernes, 19 de noviembre de 2010

Un documental imprescindible

"El Rati Horror Show"
un documental de Enrique Piñeyro

El nuevo documental de Enrique Piñeyro "The Rati Horror Show" sigue la línea de denuncia que iniciara con "Whisky Romeo Zulú" en donde mezclaba el documental con ficción abordando el caso de la tragedia de LAPA, tendencia que luego se hizo más fuerte aún con "Fuerza Aérea S.A." donde abrevaba sólo el registro documental con una impactante denuncia.

En esta oportunidad, "The Rati Horror show" nos cuenta el caso de Fernando Ariel Carrera, un hombre común, condenado injustamente -de acuerdo a las pruebas contundentes y abundantes que aporta este documental - a nada más ni nada menos que TREINTA años de cárcel, condena mayor a la que se le ha dado a muchos casos considerados de lesa humanidad.


Lo que más asombra del nuevo film de Piñeyro -si es que todavía cabe la posiblidad de asombro- es que mediante reconstrucciones, testimonios, reportajes, prueba documental increíblemente vasta, logra demostrar que la injusta condena no deviene de un error sino de una manipulación deliberada que se ha hecho de la causa judicial.
Jueces que exponen como considerandos del fallo cosas que los testigos negaron rotundamente, pruebas que no han querido evaluar ex profeso, testigos que no tienen el mínimo asidero pero que son considerados para la condena y otros que se encuentran estrechamente vinculados con las fuerzas policiales.

Todo en el documental de Piñeyro hace pensar -más que pensar, confirmar sin lugar a dudas- que ante un error de la fuerza policial, Carrera ha sido el chivo expiatorio para que cargue con la responsabilidad del error cometido.
Y muestra sin tapujos mediante material de archivo y pruebas completamente contundentes como se fraguó la cuasa mediante la manipulación y alteración de la evidencia en el lugar de los hechos, los diversos manejos  de los testimonios de los escasos testigos llamados a declarar, la manipulación de todos los medios nacionales y la aparición de un testigo clave, que termina siendo ni más ni menos que el presidente de la Asociación de Amigos de la Comisaría 34.

Un documental que pone la piel de gallina porque no hay un sólo caso Carrera. Y porque Carrera podemos ser, en cualquier momento, cualquiera de nosotros mismos.

Con una precisión a la que Piñeyro ya nos tiene acostumbrados en el profundo análisis de la evidencia y con toda la técnica puesta al servicio del documental, hace que "The Rati Horror Show" sea un documental tan doloroso como necesario, violento en la impunidad que muestra y disecciona y que despertó una solapada censura en el momento de su estreno donde pasó por la cartelera casi desapercibidamente.

A continuación un fragmento de la nota publicada en diario Perfil al director, en donde en ocasión del estreno expuso las amenazas sufridas: " ... Piñeyro denunció ayer que por orden de un jefe de la Policía Federal, Fernando Roque Córdoba, relevaron a los tres custodios que se encargaban del cuidado de su familia. Según confió el cineasta a Perfil.com, su mujer y su hijo ya salieron del país por seguridad y miedo ante posibles represalias.
Piñeyro contó que contaba con la custodia contratada de tres efectivos adicionales, a los que les pagaba por día. Los hombres de seguridad habían sido seleccionados para evitar, como ocurrió en el lanzamiento de su también polémica película " Whisky Romeo Zulu", que volvieran a amenazarlo.(...) "Lo que me encabrona es que para dentro (de la Federal) están tirando un mensaje de 'eh, chicos, zona liberada'; y para afuera, cerramos filas con la 34 y nos gusta que tiren chicos al Riachuelo", indicó el piloto en clara alusión al crimen de Ezequiel Demonty, un joven que fue arrojado por efectivos de la seccional 34 de la Federal a la cuenca contaminada en 2002, eje de su nueva película, que se estrenó la semana pasada.
Pero el relevo de esos policías de custodia no fue la única derivación de la nueva película de Piñeyro: al día siguiente del estreno, uno de los testigos que aparece en la película contó que fue interceptado por un Peugeot 504 blanco con vidrios polarizados, del que bajaron dos sujetos que "parecían policías", que lo amenazaron sin vueltas: "dejate de hablar porque vas a aparecer tirado con un trapo en la boca".
El hombre salía de la empresa de transporte en la que trabaja con su camioneta cuando se produjo ese episodio de intimidación: "el Peugeot se metió de contramano en la calle en la que yo venía, pensé que se había equivocado, pero cuando me acerco se me cruza en el medio. Casi le pido disculpas pensando que quería retomar y yo me había adelantado, pero fue entonces cuando bajaron estas dos personas, que parecían policías por las armas y las sobaqueras, y me amenazan. En un primer momento no le di importancia, pero después me empecé a preocupar, tengo hijos chicos que van al colegio, yo los llevo mucho y esto es muy grave"

Un testimonio contundente y escalofriante. De visión absolutamente imprescindible.

domingo, 31 de octubre de 2010

Medem y un vergonzoso porno soft en Roma

"Habitación en Roma"
de Julio Medem
con Elena Anaya, Natasha Yarovenko, Enrico Lo Verso y Najwa Nimri

Alba (Elena Anaya) es española y mantiene una relación con una mujer que tiene dos hijos.
Natasha (Natasha Yarovenko) es rusa y está a punto de casarse con su profesor de Renacimiento.
Las dos acaban de conocerse en Roma y una habitación de hotel va a ser el escenario de un encuentro particular plagado de erotismo. Serán slamente 12 horas juntas, repartidas entre una noche y el posterior amanecer: luego Alba deberá volver a España, y Natasha a Rusia, para su casamiento.

Julio Medem es un director español que ha mostrado una interesante de narrar, de contar una historia: esa forma elíptica y cautivante. Así lo había demostrado por ejemplo en "La ardilla roja" "´Lucía y el Sexo" y sobre todo en la interesantísima "Los amantes del Círculo Polar", un título ya casi clásico en su filmografía.
Pero ya en su última película "Caótica Ana” había empezado a demostrar que intentando explorar otras maneras de contar, no estaba logrando los mismos resultados de siempre.

Quizás sea por eso que acepta este "encargo" de firlmar una remake de la película chilena “En la cama”. Y aquí directamente se desconoce por completo la mano de Medem en la textura del relato.

Con mucho de copiado de los encuentros amorosos de "Antes del Amanecer", la estructura de la película no es más que describirnos este encuentro.
Y lo que en la película de Ethan Hawke y Julie Delpy era interesante por los diálogos y por la manera de vincularse de los personajes, en "Habitación en Roma" es sumamente aburrido porque a los pocos minutos las dos protagonistas ya se han sacado toda la ropa y lo que nos queda por ver son sencillamente sus juegos eróticos, gemidos, caricias, manoseos y fricciones que invitan más a una película porno soft de un canal de cable que a un producto del nivel de la filmografía que tiene/tenía un artista como Julio Medem.

Puede sumarse como puntos a favor, los trabajos de las protagonistas quienes entregan dos actuaciones interesantes y que son ellas casi exclusivamente de las que depende el film. Y, hay que decirlo, pasean sus desnudeces por la casi totalidad del film con dos cuerpos estéticamente bellísimos que Medem aprovecha al máximo.
Sin embargo, el marco del encuentro es sólo grandilocuente en gemidos y orgasmos escandalosos. El resto se desenvuelve en una atmósfera fría y esteticista. Medem está más preocupado en mostrarnos una habitación de hotel cargada de elementos de diseño, muy pendiente del color, la luz y la búsqueda de la postal estética para una película que tiene muy poco que contar, demasiado poco.



Entre un orgasmo y otro las protagonistas dialogan mínimamente (re)armando parte de sus historias para volver a rendirse a la pasión que ha surgido entre ellas, situación que a lo largo de la película se torna reiterativa.  Medem presupone que cambiándolas de posición o paséandolas de la cama a la ducha, se "airea" la historia, pero no hace mas que aburrir pasada la presentación inicial.

Dos buenos actores como Enrico Lo Verso y Najwa Nimri (casi excluyente en la filmografía de Medem) se pasean en el film con papeles totalmente descartables. Lo que en los años '80 en la calle Lavalle se hubiese dicho que era un típico film para "valijeros".

lunes, 25 de octubre de 2010

Historias Clandestinas

"Norma Arrostito: Gaby, la montonera"
de César D'Angiolillo
con Julieta Diaz


El Centro Cultural "Caras y Caretas" ha desarrollado el proyecto “Vidas Argentinas” de la cual este documental es la tercera entrega. En este caso, aborda la época de la militancia montonera, en la figura de una de las protagonistas quizás menos conocida en el cine, la de Norma Arrostito, la Gaby.

Norma Arrostito crece en una familia con un padre anarquista y su madre, católica. Al dejar a su pareja e iniciar una relación con Fernando Abal Medina abandona su militancia comunista para comenzar a militar en el peronismo, participando activamente de la agrupación Montoneros. Fue quizás la figura femenina más destacada dentro del movimiento y quizás fue más conocida en el medio por haber participado en el secuestro de Pedro Eugenio Aramburu.
Fue secuestrada finalmente por uno de los grupos de tareas y permaneció detenida en el centro clandestino que funcionaba en la ESMA junto con otros de sus compañeros, hasta su trágico desenlace.

El film de D'Angiolillo mezcla una pocas escenas de "reconstrucción" ficcionalizando los hechos, intercalándolos con los valiosos testimonios de quienes han sido compañeros de militancia, ex detenidos desaparecidos con testimonios francamente desgarradores. La reconstrucción de época se completa con los comentarios de historiadores y testimonios de familiares y de curas tercermundistas.
Es el retrato de una generación comprometida y con un fuerte sentido de la militancia durante la década del ’70, ilustrado además con los años previos a este movimiento para tratar de dar marco y comprensión a otras generaciones, de cómo fue gestándose la activa militancia contra el régimen militar imperante.

Es interesante repasar algunos hechos históricos previos como el Onganiato, el regreso de Perón y su conocido discurso en la plaza en donde algunas fracciones del Partido se retiraron más que ofendidas, el crecimiento de Montoneros, la muerte de Perón con la asunción a la presidencia de Isabel Martinez y el comienzo de la Dictadura.
La clandestinidad, los exilios, las detenciones, tantas veces abordados por otros documentales, se distinguen por su realismo y por la sencillez con que lo cuentan las voces de los propios protagonistas de los hechos, los compañeros de militancia que evocan a Norma-Gaby (Gaviota).
Los traslados que significaban la muerte, los vuelos nocturnos, las detenciones y el pase a la clandestinidad, las torturas (de las que sólo se habla tangencialmente) y las imágenes de archivo con diarios de la época, fotografías y el discurso del Padre Mugica dando el responso tras el asesinato de Abal Medina, pareja de Norma Arrostito, van complementando este fresco de época intensamente interesante.

 
Un documental más para mantener vivo un tiempo que no debemos olvidar, para que esta parte de nuestra historia permanezca en la memoria activa de cada uno de nosotros.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Rapiñando

"Carancho"

de Pablo Trapero
con Ricardo Darín, Martin Gusmán, Carlos Weber y elenco

No sorprende para nada que "Carancho" sintonice con el cine que Pablo Trapero quiere filmar. Mezcla de denuncia, de testimonial, de realidad social, de pintura típicamente argentina: un rasgo que comenzó a trazar en "Nacido y Criado" y que refuerza con "Leonera" y subraya con este nuevo estreno.

Habrá quienes encuentren en "Carancho" una historia fuerte, con una narración fluida, excelentemente contada. Habrá quienes piensen que tiene algunos lugares comunes, algunas concesiones y tramos previsibiles.
Pero seguramente, nadie pueda permanecer indiferente.

Ricardo Darín es Sosa, un abogado que hace un tiempo perdió su matrícula y ahora forma parte de una red que se ocupa de vincularse con víctimas de accidentes automovilísticos para lograr estafar tanto a las propias víctimas como a las aseguradoras.

Mientras Sosa hace su "trabajo", se cruza con Luján (Martina Gusmán), médica de un hospital del conurbano, en donde la cámara se mete de lleno a mostrarnos la realidad de estos lugares, donde entrada la noche, se convierten en tierra de nadie. Lugar propicio para que aparezcan los "caranchos" a hacer sus negocios, avalados por todo un sistema puesto a su disposición.

Sosa y Luján se buscan, se atraen e inevitablemente se encuentran. Dos seres necesitados de segundas oportunidades, intentando transitar juntos una especie de camino de redención. Coquetean, sin embargo, y permanentemente con el peligro, con lo prohibido, con atravesar los límites.

Y Trapero gana fuerza cuando narra en forma clara, directa y magnética esta historia de amor, mientras cada uno de los personajes visitan sus infiernos personales.

Básicamente está narrada con total honestidad y con una impiadosa dureza, que nos sumerge de lleno e inmediatamente en el universo de esta particular maffia suburbana, con reglas pero abolutamente carente de códigos. Logra momentos en que el agobio que transmiten los personajes se hace intolerable y trasunta la pantalla y quizás sean estos los valores por los cuales recientemente este estreno en DVD de este mes haya sido postulada para representar a la Argentina en los próximos premios Oscar.

La cámara es un ojo implacable, no omite detalles, nos cuenta absolutamente todo, nos interna en cada uno de los personajes y en sus acciones, en su intimidad, lo que hace que la historia sea interesante por más que contenga algunos guiños, algunas escenas ya vistas en otras películas.


Pablo Trapero cuenta con la posibilidad de mostrarnos una escena de sexo apasionado con la misma fuerza que un romántico primer encuentro en un típico café de estación de servicio. Con esa misma ductilidad nos arrastra a los aspectos más miserable de los personajes y las facetas más sórdidas de la historia.

Un elogiable trabajo de dirección que está acompañado por dos protagonistas magníficos como Ricardo Darín y Martin Gusmán componiendo dos criaturas sumamente complejas. Logran, sin embargo, sintetizar en una mirada, en un gesto, en una linea de diálogo corta, todo un universo de sensaciones.

Un estreno en DVD para no perderse, de lo mejor de la producción nacional de este año.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Siqueiros y Botana bajo la lupa enciclopedista de Olivera

"El Mural"
de Héctor Olivera
con Luis Machín, Carla Peterson, Ana Celentano, Bruno Bichir y Sergio Boris

Tal como pasaba en "Ay, Juancito", Héctor Olivera mezcla una historia de amor con el peor compendio de un manual escolar para explicar la Historia que la atraviesa.
Carga las tintas sobre el subrayado de información de la época sin permitirse mostrar las pasiones y las pulsiones de cada uno de sus personajes, como si estuviese más preocupado por ubicarlos correctamente en tiempo y espacio y en brindarle absolutamente toda la información al espectador aún cuando tanta información esté subestimando a la platea (y como en el caso de "Ay, Juancito" la mayoría de los personajes no requerían presentación alguna).

En "El Mural", Olivera recrea la anécdota de la pintura del famoso mural que realizara Siqueiros en el sótano de la quinta que Natalio Botana tenía en Don Torcuato.
El célebre muralista mexicano, junto con otros tres artistas de la altura de Berni, Spilimbergo y Castagnino (que en la pélicula aparecen tan desdibujados que ni siquiera se les da una mínima intervención) crea una de sus obras más imponentes, la que ha sufrido con el tiempo diversas tragedias.
Este derrotero sufrido por este mural había dado lugar al brillante documental "Los próximos pasados" en el  que Lorena Muñoz nutría con algunas imágenes,  las diversas complicaciones por las que había tenido que pasar una obra de esa envergadura.

Olivera, por el contrario, no se detiene en la concepción y realización de la obra en si misma, sino que elige mostrarnos los vericuetos pasionales de los personajes: la mujer de Siqueiros (Blanca Luz, a cargo de Carla Peterson) se debate entre tres hombres como Natalio Botana, el mismo Siqueiros y nada menos que Pablo Neruda, con lo cual la anécdota que se cuenta es sumamente interesante.
El evidente enamoramiento de Botana (Luis Machín) por Blanca Luz -mientras su pareja con Siqueiros se desmorona irremediablemente- es evidenciado tanto por su esposa Salvadora Onrubia (Ana Celentano) como por sus hijos, conduciendo irremediablemente a la tragedia.


Cualquiera de estos personajes principales como secundarios hubiese dado lugar a una historia en si misma, porque es tan fuerte el entramado de pasiones que cualquiera de ellas es interesante en si misma.
Pero Olivera no se decide por ninguna en particular, prefiriendo con tono enciclopedista hablar de todas y anexarle una cantidad de datos históricos innecesarios y sobreabundantes. Todo se tiñe de un tono tan escolar que no deja fluir el verdadero conflicto de la historia -enmarcada por un especial momento político y social- mientras se gesta en ese sótano una de las obras más importantes del siglo.

Las actuaciones van a tono con el film en si mismo, es decir, completamente desparejas. Machín brilla una vez más, ahora en la piel de un personaje complejo como Natalio Botana y el mexicano Bruno Bichir saca provecho de la majestuosidad de un personaje como Siqueiros.
Carla Peterson parece más preocupada por encontrarle un tono a su Blanca Luz (por momentos parece argentina, por momentos mexicana, por momentos habla en castellano neutro) que por darle carnadura y fuerza definida a su criatura.
Y quedan completamente fuera de tono los personajes de Juan Palomino (con escenas que podrían haberse desechado en el corte final) y el de Salvadora Onrubia a cargo de Ana Celentano quien no hace más que confirmar el tono monocorde y tan similar a otros personajes que ha compuesto. En el lado contrario brillan en sus composiciones las pequeñas intervenciones de Rodrigo Noya, Mónica Galán y Sergio Boris como Neruda.

Sinceramente los personajes que participan en la historia merecían una película que estuviese más a su altura. "El Mural" como gran parte de la producción de Olivera, de todos modos, elige refrescar algunos puntos de la historia, apoyándose en un excelente trabajo de composición de época, vestuario y producción que hacen que algunos altibajos del guión puedan verse compensados en una película que si bien no logra profundizar, nos deja al menos la inquietud para seguir buscando en libros, sitios de internet o en otras películas para seguir conociendo a estos enormes personajes de la historia.

martes, 28 de septiembre de 2010

El ultimo Chabrol

"Bellamy"
de Claude Chabrol
con Gérard Depardieu, Jacques Gamblin y Marie Bunuel

La muerte del cineasta Claude Chabrol  invita a revisitar su filmografía siendo que ésta, su última película, fue estrenada en Buenos Aires el año pasado y está disponible en DVD.

Todos los actores que han trabajado con este reconocido cineasta francés coinciden de su fama de bon vivant, de amar a su trabajo, de amar la vida, de saber disfrutar de los placeres de una buena cena entre amigos, una buena comida (incluso ha escrito un libro de recetas de cocina vinculado a sus películas). Pero lamentablemente sus últimas películas y sobre todo "Bellamy" no exhudan ese sentido del humor y la ironía que Chabrol tenía en su vida cotidiana.
Pareciera que ante su traje de realizador, Chabrol ha elegido más un estilo sumamente convencional y se presenta con una manera de contar la historia que atrasa el reloj por lo menos, 25 años (claro ejemplo: personaje hablando a la cámara tres cuartos perfil mientras el otro está parado detrás de él: ¿qué manera de dialogar es esa?). Así en su manera de presentar los personajes, la historia y su manera de filmarla: todo respira anacronismo.

Si bien la crítica ha recibido en su gran mayoría con grandes halagos al trabajo de Chabrol (y este último opus no ha sido precisamente la excepción)  la lentitud y la pesadez del planteo, lo reiterativo de algunos diálogos que no hacen más que subrayar lo ya dicho y la unidimensionalidad de los personajes que parecen de cartulina, hacen pensar en la enorme complacencia de la crítica que la ha calificado de "irresistible tratado psicológico" a un polar a la Simenon que puede ser ampliamente superada por cualquier buen capítulo de cualquier serie televisiva.
Precursor del movimiento de la Nouvelle Vague, lamentablemente,  Chabrol se ha quedado en el tiempo. En alguno de sus últimos films ha sabido destilar -aunque quizás demasiado reiterativamente como autoplagiándose en cada película- algunos dardos contra la burguesía francesa, pero en su último opus no le encuentra el ritmo a un policial en donde la incógnita se va diluyendo con personajes que no despiertan el mínimo interés.
Para tratar de que el espectador se mantenga atento, aparecen algunas impresiciones que si bien podrían  haber sido capitalizadas como enigmas a resolver, no hacen más que confundir y no terminar de delinear a los personajes.


Dépardieu pasea su panza mientras trata de dar ayuda a un enigmático hombre que aparece diciendo que ha matado a otro por amor a su(s) mujere(s) en su casa de vacaciones.
Evidentemente aburrido de esos días donde nada pasa con su mujer, Bellamy se contacta con él a fin de resolver el caso. A falta de vueltas de tuerca inteligentes, la trama se repliega sobre si misma con laberintos insostenibles y nutriéndola de "grandes casualidades" (el cadáver aparecido solo puede ser identificado por la dentura y justo ellos son amigos del dentista del lugar y cenan con él!, una de las mujeres de este personaje enigmático justamente también está ligada con otro de los personajes... y coincidencias del estilo que ningún guionista de Sony - Fox o cualquier otro canal se atrevería a volver a usarlas).

Evidentemente el mejor tributo a Chabrol sería revisar algo de su vasta filmografía que pueda mostrar todo su potencial, dejando un poco de lado la producción de este último tiempo y a "Bellamy" en particular.

Y asi como en su momento tanta crítica se enamoró del cine iraní así filmaran los planos de una estepa durante tres horas sin diálogos, o han hablado maravillas del cine independiente nacional (Lisandro Alonso, por ejemplo) sin que se entienda un ápice de lo que intenta decir la película, esta vez fue el enamoramiento por Chabrol de casi toda la crítica lo que volvió a tomarme por sorpresa cuando vi esta película.

Y bueno, eso me pasa por leer a los críticos, o lo que es peor, tomarme en serio todo lo que dicen....

lunes, 16 de agosto de 2010

Los hermanos sean unidos

"Dos hermanos"
de Daniel Burman
con Graciela Borges, Antonio Gasalla, Elena Lucena y Osmar Nuñez
basado en la novela "Villa Laura" de Sergio Dubcovsky

"Lágrimas de felicidad" ("Happy tears")
de Mitchell Lichtenstein
con Demi Moore, Parker Posey, Rip Torn y Ellen Barkin

El cine de Burman tiene una fuerte referencia a las relaciones familiares, tal como ocurría en "Derecho de Familia" y "El nido Vacío" pero sobre todo, más fuertemente en "El Abrazo Partido" y su última película "Dos hermanos" no es la excepción.
 Este estreno en DVD tiene la particularidad de basarse en una novela demasiado fragmentada, como si se contruyese a partir de flashes para contrarnos una relación entre dos hermanos, ahora mardacada por la muerte de su madre (Comentario de la novela en Revoleando Libros).
Burman tiene en este film un punto de inflexión interesante y a la vez contrapuesto: por un lado pretende captar a una mayor cantidad de público poniendo al frente del elenco como los dos personajes del título nada menos que al combo Antonio Gasalla - Graciela Borges, pero por otra parte, brinda su film más deshilachado, con una historia no tan fuerte para seguir y que depende casi exclusivamente de estas dos fuertes personalidades en pantalla.


Graciela Borges logra una composición totalmente a su medida. Conocedora acabada de cómo llegar a esos matices del personaje, una cínica hermana que finge una vida que ya no tiene, un personaje de "señora bien" anclada en una actitud burguesa que no es más que mera actitud: forma parte de una imágen del pasado que no puede soltar. Borges le saca provecho en cada matiz de cada situación, logrando un trabajo sumamente sólido, muy por encima incluso de lo que le ofrece el guión.

Antonio Gasalla, por otra parte, lejos del registro humorístico al que nos tiene acostumbrados, toma a su cargo el personaje más rico, con más matices y con una sensibilidad más a flor de piel: el que quiere seguir descubriendo cosas nuevas, que vibra con la posibilidad de encarar una nueva actividad como un taller de teatro y el que mayoritariamente carga con peso del fallecimiento de su madre.
Gasalla crece cuando su personaje calla, gana en gestualidad -amando y odiando a esa monstruosa hermana por igual- y en los pequeños detalles con los que "adorna" a esta especie de gris solterón entrampado en una trama de afectos familiares.

Dos grandes actuaciones le brindan a "Dos Hermanos", uno de los films más irregulares de Burman, la posibilidad de que merezca ser visto.

Otro tópico conocido y revisitado por el cine es el de los hermanos que vuelven a unirse después de un tiempo cuando uno de los padres está enfermo y necesita del cuidado de los hijos. Hace poco tiempo "La familia Savage" con Phillip Seymour Hoffman y Laura Linney nos brindaba un excelente cuadro de las relaciones entre hermanos durante ese momento tan particular donde los hijos se convierten en padres de sus padres.

En este caso, es la exéntrica hermana rica personificada por Parker Posey que vuelve a su hogar paterno ante la llamada de su hermana (Demi Moore) para cuidar a su padre que sufre de demencia senil.

El encuentro entre las dos hermanas, como se intuye, da lugar para reflotar algunos viejos temas sin resolver, para evocar algunos momentos de infancia y juventud que han vivido juntas y para desnudar algún que otro secreto familiar.
Lamentablemente, la falta de creatividad en los nuevos guiones, hace que algunos directores como  Lichtenstein vuelvan a filmar historias que ya hemos visto, sin aportar absolutamente nada nuevo. A este tipo de historias ya le conocemos todos sus recovecos y no hay mucho nuevo por descubrir en "Happy Tears".



Demi Moore acierta en el tono sobrio que elige para componer a la hermana que más sufre la enfermedad de su padre mientras que Parker Posey, paradigma de la industria indie americana, compone a la hermana ricachona y exitista que regresa a las fuentes, haciendo uso de un desborde y de una gestualidad desmedida, que no se ajusta al tono general que el film propone.

Rip Torn tiene a su cargo el papels del padre, logrando una muy ajustada composición  mientras que Ellen Barkin (la boma sexy de otrora en films como "Vivir y morir en L.A." y "Sea of Love" junto a Al Pacino) logra jugar con su papel, algún que otro paso de comedia como la "novia" del padre de esas dos diamentralmente opuestas hermanas.

Sin aportar nada más original a lo que alguna vez ya fue dicho, ambas miradas familiares en estas dos películas basadas en relaciones entre hermanos que tienen tempramentos opuestos y complementarios, permiten a los elencos de cada una de ellas proponer el punto fuerte de cada película en el rubro de las actuaciones. 

domingo, 8 de agosto de 2010

Directo a DVD: "Año bisiesto"

"Año bisiesto" ("Leap Year")
de Anand Tucker
con Amy Adams y Matthew Goode


En "Año Bisiesto" todo se centra en una ancestral tradicion irlandesa que al pedir matrimonio un 29 de Febrero (sólo entonces sucede en años bisiestos), ese matrimonio tendrá que ser concretado sin posibilidad de recibir un "NO" como respuesta.

Después de cuatro años de pareja, Ann, la jóven protagonista de esta comedia romántica encarnada por Amy Adams ("Encantada" "Julie & Julia" y "Sunshine Cleaning" -también recientemente editada directo en DVD (comentario aquí) ) se decide a viajar a Dublin para proponerle definitivamente matrimonio a su novio.
Elegirá entonces viajar en ese día tan especial que indica la tradición, y así tomarlo  por sorpresa e interrumpir con esta buena noticia su adicción al trabajo.

Pero nada será tan fácil como parece y una serie de eventos desafortunados como el mal tiempo, problemas en los vuelos y otras viscisitudes harán que la jóven bostoniana termine exactamente en la otra punta del mapa.
 
En un pueblito típicamente irish tendrá que pedir auxilio y en ese momento es donde brilla un poco más con esos personajes pueblerinos, con muchas reminiscencias de "El Divino Ned" el tono de comedia que quiere imprimir el guión.
Estos pasos de comedia, justamente, se basarán en la dualidad megaciudad-pueblo y la dificultad de la protagonista de sortear estos primeros escollos que se le presentan y que cada vez y a medida que pase el tiempo se le irán complicando aún más.

En este pequeño pueblo conocerá a Declan, quien la ayudará en su travesía de atravesar el país y encontrar a su novio.
Recalando en varios lugares comunes como esa dicotomía pueblo-ciudad y una pareja que como sucede en la mayoría de las comedias románticas, primeramente se repele con muchísima fuerza funcionando perfectamente sobre el final, el esquema de que los opuestos se atraen (archiconocido por cierto) la trama va avanzando sin mayores sobresaltos y sin tampoco ningún rasgo de genialidad en el guión, contando entonces con la típica situación de la pareja sometida por un tema del azar a pasar varios dias juntos.


Contar, para este tipo de roles, con el protagónico de Amy Adams es como llegar a buen puerto en forma segura. Ella da perfectamente con la típica heroína de comedia romántica y aunque por supuesto la trama es complamente previsible, algunas de los problemas que tienen que resolver los protagonistas hacen esbozar una sonrisa.

Y la pareja funciona (Amy Adams tiene como partener a Matthew Goode, el de "Watchmen" y la reciente "Regreso a la Mansión Brideshead") por lo que logra entretener, que es el fundamental objetivo de esta simpática comedia que no tiene mucho más que eso y que, aún pudiendo haber  hecho una diferencia recalando en los personajes pueblerinos, elige centrarse en la típica comedia romántica sosteniendo que el destino pone el amor en el momento menos pensado. En DVD, se deja ver.

lunes, 26 de julio de 2010

Si querés sufrir.... sufrí

"Nacidas para sufrir"
de Miguel Albaladejo
con Adriana Ozores, Petra Martinez, Malena Alterio y Mariola Fuentes

Miguel Albaladejo es un director con un ritmo interesante para la comedia. Ya lo había demostrado en "El cielo Abierto" (con Sergi Lopez y Mariola Fuentes) y "Cachorro", dos de sus películas anteriores. Sin embargo en "Nacidas para sufrir", Albaladejo parece no sentirse cómodo con el material que está moldeando e intenta por varios caminos llegar a buen puerto, pero solamente lo logra muy parcialmente.

Flora (Petra Martinez) es la típica solterona cuya única hermana murió muy joven y le dejó tres sobrinas huerfanitas de las que tuvo que ocuparse amén de todos sus parientes enfermos que ha cuidado, casi olvidándose de su propia vida.
Las tres sobrinas crecieron, se fueron del pueblo y vuelven ahora ante la muerte de uno de sus  familiares. Flora teme que ahora que tienen que cuidar de ella, la internen en la residencia donde trabaja una de sus sobrinas que es monja (Malena Alterio).
Su única salvación es Purita (Adriana Ozores), la mucama que la ha estado ayudándo en los últimos años, y que es la única con la que se siente en familia. Para poder dejarle su casa, entonces, y que la herencia no sea dilapidada por sus sobrinas, Flora planea casarse con su doméstica y asegurarse de esta forma, alguien que la cuide.
En un pueblo chico (infierno grande....) los planteos morales de Albaladejo pudiesen haber dado para despuntar una comedia llena de ironía, de enredos y de humor negro, como en sus trabajos anteriores.
Sin embargo, más interesado en moralizar en cada uno de los personajes, el tono de comedia queda recortado al estereotipo de los años setenta, dejando sin explotar a sus personajes secundarios (casi imperdonable que deje a Mariola Fuentes en el medio del camino y no le de continuidad a su personaje) o a los distintos personajes del pueblo.

 En "Nacidas para sufrir" (un film que ya desde el título parecía destilar ironía), Albaladejo se sirve de extremos y antagonismos basados en el lugar común para mostranos las miserias cotidianas, la falta de solidaridad con nuestros mayores y la codicia por heredar o quedarse con algo.
Por un lado, en un extremo: la inocencia, la candidez y la bondad de Purita (subrayado ya desde el nombre del personaje) y como en las antípodas la presencia de la maldad y la codicia en el rol de su madre (María Alfonsa Rosso, en una actuación de dudosa soportabilidad).
Entre medio de ellas, con cierta ambiguedad que se agradece, se mueve el personaje de la tía Flora una especie de "haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago" quien pareciera dedicar su vida a servir, predicando la bondad, pero en su intimidad es terriblemente calculadora y egoista.

Si bien algunas actuaciones como la de Adriana Ozores como Purita (muy por sobre el nivel de sus trabajos anteriores como "Heroina" o "El método") o la Petra Martínez como Flora son interesantes, no alcanzan en absoluto para que la fábula tal como está planteada llegue a buen puerto. Tiene un inicio interesante, pero poco a poco la trama se va volviendo poco creíble, con vueltas de tuerca sumamente aritificiales y por momentos demasiado infantiles.
Esperaremos al próximo Albaladejo y veremos de qué se trata.

viernes, 23 de julio de 2010

Amores que matan

"Mi Hijo" ("Mon fils à moi")
de Martial Fougueron
con Nathalie Baye, Victor Sévaux, Olivier Gourmet y Marie Kremer.

Tal como sucede con "Partir" un estreno de esta semana en cine, y también perteneciente a la producción filmográfica francesa (Ver crítica completa), la historia de "Mi hijo" abre con una secuencia que es en realidad el final de la historia que  el director nos quiere contar.
Por lo tanto, toda la película será como un extenso flashback, con el que los espectadores tendremos los elementos necesarios para saber cómo estos personajes llegaron hasta ese desenlace.

En este caso, la opera prima de Martial Fougueron nos muestra el devenir de una familia de clase media en una pequeña ciudad de provincia, donde ya desde las primeras escenas se sburaya la disfuncionalidad con la que se manejan tanto el padre (profesor universitario al que parece no interesarle tanto su familia como su trabajo)  como en la figura de la madre, una ama de casa al cuidado de sus hijos: una hija mayor que ya va a la universidad y un hijo menor que se encuentra en pleno inicio de la adolescencia.

Ante la falta de un vínculo sólido con su marido -que aparece como una figura completamente desdibujada tanto en su rol de pareja como de padre- y con su hija a quien, en apariencia, parece no importarle demasiado su relación con ella, toda la energía de esa madre (interpretada magistralmente por Nathalie Baye - la actriz de "La Belleza de Venus", "La flor del mal " de Chabrol, o "La Clienta") está puesta al servicio de su hijo menor. Una madre completamente controladora, que necesita saber a ciencia cierta cada paso de su hijo, cada movimiento y que no puede aceptar que ella haya dejado de ser el centro de su vida.

La brutalidad con que esa madre no se da por vencida y va tejiendo un ámbito asfixiante, hace que su hijo sienta más una necesidad de escape, que de acercamiento, lo que retroalimenta esta necesidad de persecución y control. Pero aún así, cuando ella vea que la vida de su hijo se le va escapando de la manos, en un proceso normal de crecimiento de cualquier adolescente, comienza a maltratarlo y a violentarse físicamente con él, y es ahí cuando el film logra sus escenas más fuertes y una tensión creciente e inquitante.

Si bien justamente la película habla del enfermizo vínculo que la madre entabla con su hijo, y la necesidad del hijo de escapar de las garras de esa madre, la austeridad con que se maneja el guión, no permite que la historia se transmita con la fuerza que contiene una situación de esa naturaleza.
Quizás Fougueron haya sido extremadamente medido en la manera de contar la historia, con movimientos demasiado calculados para no exacerbar el dramatismo, ni regodearse en la violencia. La pintura en la inacción de ese padre que sólo logra tener algún destello aislado cuando la violencia de esa madre ya es imparable (una interesante actuación de Olivier Gourmet como ese padre que duda de cumplir su rol dentro de la familia, que escapa a imponer la ley paterna) habla de la limitación en los riesgos que quiso tomar el director. Todo está expuesto, pero es uno quien tiene que tomar partido por los personajes que se muestran ascéticamente retratados.
Otro punto alto es la excelente actuación de Victor Sévaux como el hijo, quien junto con Baye soportan casi solos el peso de toda la película.

Ganadora de la Concha de Oro en el festival de San Sebastián 2006 como Mejor Película y también a Nathalie Baye como Mejor Actriz, "Mi hijo ("Mon fils à moi")" logra interesar más por las excelentes actuaciones que por la historia en sí misma, al que el director de esta ópera prima pareciera no haberse animado a contar en toda su violenta intensidad.

viernes, 2 de julio de 2010

Infancia à la Nicolas

"Le petit Nicolas"
basada en la obra de René Goscinny y Jean-Jacques Sempé
de Laurent Tirard
con Kad Merad, Valerie Lemercier y Sandrine Kimberlain 

Para quienes no lo conocen, "El pequeño Nicolás" es una de las series de novelas ilustradas más populares de toda Francia, creada por René Goscinny, a la altura del reconocimiento de "Lucky Luke" y "Asterix y Obélix" que ya fueron oportunamente llevadas a la pantalla grande.
En ese caso los relatos de Goscinny, magistralmente ilustrados por Sempé en sus ediciones gráficas, pasan a la pantalla grande de la mano del realizador Laurent Tirard ("Molière") quien asume el riesgo de trasladar esta historia y lo logra con un aire fresco y entretenido, apuntándose a su favor algunos aciertos pero también cosechando algunas objeciones.

Claramente la idea principal es seguir a Nicolás en sus desventuras dentro de una familia tipo de los años '50 y su mirada a la escuela primaria y sus amigos de curso.
Aunque esta infancia no tenga tantos puntos de contacto con los niños de hoy en día, la vigencia de la mirada infantil con cierta candidez y porqué no con un poco de nostalgia sobre los tiempos que no volverán, resulta interesante y atractiva, sobre todo cuando apuntala el relato en esa mirada infantil llena de frescura.

La anécdota es sumamente sencilla: Nicolás si bien vive feliz y querido en su hogar con sus padres, al escuchar una conversación entiende que su madre está esperando un hermanito y habiendo tenido un compañero de colegio que está pasando por una circunstancia similar, imagina que rápidamente él quedará de lado y que este nuevo integrante de la familia acaparará la atención de sus padres por lo que probablemente él ya no sea tan amado y deseado como lo era hasta ahora.

Esta historia es apenas más importante, actuando como hilván de muchas otras pequeñas anécdotas que a manera de viñetas se van conjugando para presentarnos un fresco de la vida de Nicolás en familia, con sus vecinos, su barrio  y fundamentalemente con sus amigos y en su escuela primaria.

Cuando presenta las situaciones escolares, la película de Tirard levanta vuelo gracias a que cada uno de los personajes arquetípicos del mundo escolar de Nicolás están pintados a la perfección: el alumno "traga", el gordito de la clase, el que tuvo el hermanito, el aventurero, el niño rico con aires de superioridad y el que vive en las nubes.
La maestra (con una deliciosa actuación de Sandrine Kimberlain), el director, el celador, la suplente (uno de los momentos más logrados), el Inspector Escolar, todos personajes ligados entrañablemente al imaginario colectivo a los que el guión y el desarrollo de la historia le saben sacar el mayor provecho.

En familia, lo apuntalan dos comediantes brillantes como Kad Merad -el padre- ("Bienvenidos al pais de la locura" "La cancion de Paris" "Mis estrellas y yo") y la madre es Valérie Lemercier (a quien vimos junto con Daniel Auteuil en "El invitado"). Sin embargo, hay algunas escenas donde justamente los padres no parecen encontrar el tono justo para jugarlas y Maxime Godard como Nicolás nos deja con ganas de un niño más pícaro -como uno imaginaba ese dibujito de Sempé- más "vivaracho" y "sabandija".

De todas formas, la excelencia con la que conduce el elenco infantil y el tono general de la película con una mirada pura y divertida a las vivencias de este grupo de chicos dentro de una infancia en la que había juegos callejeros, reuniones en el baldío del barrio y la posibilidad de travesuras con los amigos del cole; contagia una sonrisa fresca y entretiene con una comedia blanca como hace mucho tiempo que el cine no nos regala, en estos tiempos donde muchas veces hacer reir depende de la grosería y del humor escatológico.

Bienvenido entonces, Nicolas!, un soplo fresco para recordar con nostalgia y alegría una infancia como las de antes.

martes, 22 de junio de 2010

Como hacerse el transgresor y morir en el intento

"I love you Phillip Morris"
de Glenn Ficarra & John Requa
con Jim Carrey, Ewan McGregor, Leslie Mann y Nicholas Alexander



 
Steven Russell (Jim Carrey) es un estafador que se hace pasar por abogado. En apariencia, un buen padre de familia, termina finalmente en prisión, donde se enamora de su compañero de celda, Phillip Morris (Ewan McGregor) mientras cumple su condena. Cuando Morris sea liberado, Russell se convertirá en un especialista de las fugas con tal de reencontrase con él y lo volverá a involucrar en sus asuntos.

Con una presentación interesante con el personaje principal contándonos la historia desde la cama de un hospital, como si fuese un largo flashback, dan ganas de irse enterando cómo es que llego hasta allí. Pero la propuesta inicial no termina de definirse entre la comedia, la película basada en hechos reales o una irónica mirada al mundo de las apariencias, mientras que avanza en su endeble trama.

Los problemas del guión atentan contra la posibilidad de irse metiendo en la historia y participar de las desventuras del personaje de Carrey, quien -como otro punto en contra- da rienda suelta nuevamente a su show de morisquetas molestas de las que no puede despegarse como había logrado hacer en "Truman Show" y "Man in the moon".

El que gana con un papel diferente al que lo vemos frecuentemente, es Ewan Mc. Gregor quien logra sostener una actuación interesante en medio de la catarata de gestualidad de su compañero y sale completamente airoso y creíble en su composición. Sin embargo, un guión que no termina de definirse ni de interesar en ningún momento, los deja tanto a uno como a otro completamente fuera de registro porque no logra de definir en ningún momento cuál de todas las subtramas es la que los directores nos quieren contar.

Se sabe que en Estados Unidos despertó polémica por la temática gay que intenta abordar, pero nada de lo que se cuenta en "I love you Phillip Morris" puede ser tomado en serio ni es tan novedoso ni es tan transgresor.
El humor que atraviesa la película es casi inexistente -sólo está presente en unas pocas escenas- y realmente el hecho de que la pareja central sea gay no aporta demasiado al interés de la historia (ni estamos en ocasión ya, de horrorizarnos por nada). Aunque no sólo el público americano suele horrorizarse de cualquier pavada, sino que además supuestamente esta pseudo-polémica habrá rendido sus frutos como campaña publicitaria para que algún que otro curioso, se asome a esta comedia mediocre sin demasiado vuelo que de otra forma, sin polémicas de por medio, hubiese interesado aún menos al común denominador del público.

Hay algunos giros del guión que pueden resultar amenos en el devenir de la historia y logra ganar un poco más de vuelo en algunos frashbacks donde el protagonista cuenta algunos fragmentos de su historia personal, sobre todo, en los momentos en que cuenta su niñez.
El resto del film transcurre sin grandes sobresaltos y como toda pelicula basada en hechos reales que se precie de tal, en el final nos irán contando en qué terminó la historia de cada uno de ellos mediante algunas lineas sobreimpresas a las imágenes finales del film. A esta altura, la explicación de lo ocurrido, es más una manera de cierre de una película que perdió el rumbo que de satisfacer un interés concreto para el espectador de qué fue de la vida de cada uno de ellos.

lunes, 14 de junio de 2010

Bien..... o te cuento....?

Estreno de este mes en DVD
"Están todos bien" ("Everybody's fine")

de Kirk Jones
con Robert De Niro, Sam Rockwell, KAte Bekinsale, Drew Barrymore y Melissa Leo


Frank (Robert De Niro) ha quedado viudo recientemente. Está tratando de reorganizar su vida y para él, tras su viudez y su jubilación, lo más importante son sus hijos.
Es por ello que para un encuentro programado en su casa con toda su familia, se ha dedicado a prepararlo con muchísimo detalle, pero finalmente ninguno de sus hijos puede asistir por diversas razones. Y aunque Frank se encuentra delicado de salud, decide emprender un viaje especial, a la búsqueda de cada uno de ellos, para visitarlos en distintas ciudades de los Estados Unidos, atravesando casi todo el país.

"Stanno tutti bene", el film de 1990 de Giuseppe Tornatore, sirve de punto de partida para esta remake hollywoodense, dirigida por Kirk Jones, director de "El divino Ned" y "Nanny Mc. Phee" y es casi imposible no referir a este clásico italiano con Marcello Mastroianni en el que se basa esta película.

A pesar de la excelencia del original, la tarea de Jones como director, sale airosa porque logra imprimirle dinamismo al relato que gana en interés a medida que vamos develando cada una de las vidas de los hijos de Frank.
Para él siguen siendo sus niños, pero obviamente han crecido y cada uno tiene distintos problemas y viscicitudes aunque ante la llegada sorpresiva de su padre, intentarán aparentar llevar la vida que él siempre soñó para cada uno de ellos, y fingirán una realidad diferente a la que viven, a fin de no preocuparlo y hacer que se sienta orgulloso de ellos.

Las dificultades de comunicación, el ocultamiento de lo doloroso para que el padre no sufra, la vida vivida con el peso de lo que el padre hubiese esperado una cosa diferente para ellos, la aceptación de las elecciones de los hijos, son algunos de los temas que van saliendo a la luz en un guión que básicamente habla de los vinculos entre padres e hijos.


El excelente trabajo de Robert de Niro se completa con el de sus hijos a cargo de Sam Rockwell (el amante de la música), Drew Barrymore (la bailarina que fue a probar suerte a Los Angeles) y Kate Berkinsale (la ejecutiva exitosa económicamente), sobresaliendo sobre todo el de Barrymore, cada vez más madura como actriz y aquellas escenas donde Frank aún los recuerda como niños, mientras que ellos siendo niños le contestan como adultos están muy bien logradas y son algunos de los momentos más interesantes del guión.

Con buenas actuaciones y un timing perfecto mezclando comedia y drama "Están todos bien" es una digna remake de su orginal italiano con un De Niro brillante y conmovedor y "A veces para descubrir la verdad, hay que salir a buscarla" como reza el afiche.

lunes, 31 de mayo de 2010

Atom(o) C(h)lo(e)nado

"Chloe"
de Atom Egoyan
con Julianne Moore, Liam Neeson y Amanda Seyfried

Julianne Moore es Catherine, una prestigiosa doctora casada con un profesor universitario (Neeson). Ella sospecha, está casi segura, que él le es infiel con alguna/varias de sus alumnas y tiene la certeza de que algo ha pasado, cuando él pierde el vuelo a su casa, justamente el día de su cumpleaños donde ella lo espera con una fiesta sorpresa.

Decide sacarse toda duda cuando accidentalmente conoce a Chloe, una joven prostituta, a quien contratará para que intente seducirlo. No contenta con ello, Catherine  pide que le describa los encuentros con su marido con lujo de detalles y es ahí cuando comienza a crecer una tensión sexual entre ellas. Este triángulo, prontamente,  deviene en cuadrilátero amoroso cuando Chloe también intente seducir al hijo de la pareja.

Realmente no se entiende porqué Atom Egoyan, un director que siempre en sus filmes deja una marca personal al contar las historias (como en "El dulce porvenir", "El viaje de Felicia" o "Ararat"), da un vuelco total en su filmografía, haciendo la remake de "Nathalie X" de Anne Fontaine,  sin siquiera proponerse una vuelta de tuerca interesante. El terceto original eran los geniales Gérard Depardieu, Fanny Ardant y Emmanuelle Bèart y se hace dificil, muy dificil, que "Chloe" logre tener alguna ventaja en la comparación.
Si bien en una primera mitad, Egoyan logra convencernos en el planteo dramático de la historia con algunos toques de erotismo, en la segunda mitad se vuelca de lleno al thriller, olvidando por completo las pulsiones iniciales que movían a los personajes, dejándolos emocionalmente a la deriva.



Sólo se rescata la exquisitez de las escenas eróticas y la excelente tensión sexual que cruzan Julianne Moore y Amanda Seyfried (la protagonista de "Mamma Mia"), pero con eso sólo no alcanza. Las acompaña Liam Neeson, quien no logra dar con el tono que el rol demandaba: no ayuda para nada su máscara gélida y distante, que se contrapone con el supuesto carisma de este profesor que roba corazones.

Quedándose completamente a mitad de camino entre los dos tonos que propone, sólo se rescata como gran protagonista a Julianne Moore y si bien en algunas escenas Seyfried logra buena química, en otras está completamente sobreactuada y desentonando fuertemente con el papel de prostituta de lujo.

Sobre el final, la sugestión del relato original y ambiguo que planteaba "Nathalie" -sobre lo que puede haber sucedido y lo que Chloe puede haber simulado/inventado-, queda empantanado en una resolución sumamente infantil y simplista.

No hacia falta Atom, clonar una película para no agregarle ni una sóla buena idea. Igual, te perdonamos.